Hace casi exactamente 26 años, las pantallas de HBO presentaron por primera vez a Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda; las protagonistas de una de las series más icónicas de los años 2000: Sex and the city. La serie sigue la vida de estas cuatro amigas solteras, con personalidades y perspectivas completamente distintas, mientras navegan su sexualidad, amistad y vidas laborales en la gran ciudad de Nueva York.
Quizás, debido a la memorabilidad de sus personajes y las barreras que rompió en su época, “Sex and the City” no tardó en convertirse en un éxito total. La serie se transmitió durante seis temporadas hasta el año 2004 y recibió numerosos premios y elogios de la crítica.
A casi tres décadas de su estreno, las vidas de Carrie y sus amigas han vuelto a causar furor luego de su arribo a la plataforma de streaming Netflix, donde una nueva generación está redescubriendo a estos personajes que, para muchos, no han envejecido de la mejor manera.
Lo que envejeció mal
No se puede negar que “Sex and the city” fue transgresora para su época. La serie abordó temas de sexualidad femenina, las relaciones y la autonomía de una manera abierta y franca, lo cual era poco común en la televisión en ese entonces. Sin embargo, para tratarse de una serie sobre mujeres, los hombres parecen acaparar gran parte de la trama.
Lo dice la propia Miranda en uno de los capítulos: “¿Cómo es posible que cuatro mujeres tan inteligentes no tengan nada de qué hablar más que de novios?”. Mientras que Charlotte, Carrie y Miranda sueñan con encontrar el amor verdadero, Samantha es la única que rechaza lo tradicional.
A lo largo de la serie, la relación de Carrie con su interés romántico Mr.Big pareciera ser el gran foco de atención, a pesar de tratarse de una de las relaciones más tóxicas que ha visto la televisión. Mr Big es arrogante, egocéntrico e incapaz de valorar a Carrie por quien es.
Por su parte, Carrie también tiene problemas para darse cuenta de esta realidad y persigue a este hombre a pesar de que la dejó plantada en el altar y nunca la tiene como prioridad. Aun así, el mensaje que transmite la serie parece ir más allá, y es que como dice Carrie, son tus amigas los verdaderos amores de tu vida.
Sin embargo, incluso si le damos a la serie el beneficio de la duda, esta no se salva de críticas respecto a una variedad de aspectos problemáticos, como la promoción de estándares de belleza poco realistas, la casi nula representación de diversidad racial y el fomento de estereotipos dañinos.
De hecho, uno de los momentos más criticados de la serie es cuando Carrie sale con Sean, un hombre que se declara abiertamente bisexual, mientras que ella no hace nada más que invalidarlo constantemente a sus espaldas con sus amigas, declarando que “la bisexualidad no existe” y es solamente un paso hacia la homosexualidad.
“No hubo mujeres de color y no hubo una conversación sustancial sobre la comunidad LGBTQ” afirmó Sarah Jessica Parker, interprete de Carrie Bradshaw en una entrevista con Wall Street Journal, admitiendo que, si el programa se hiciera hoy en día, sería totalmente distinto.
Se podría decir que el personaje de Samantha Jones es el único personaje que se salva de las críticas. Interpretada por Kim Cattrall, es conocida por frases como: “El hombre ideal no existe, empiecen a vivir sus vidas” o “Te amo, pero me amo más a mí misma”. Además, es la fundadora de una exitosa agencia de relaciones públicas y un reflejo de mujer independiente y autónoma.
Así, para muchas personas de esta nueva generación, Samantha se ha vuelto la verdadera protagonista de la serie. Su rechazo a las normas tradicionales sobre el amor y el compromiso, sumado a su espíritu extrovertido, confidente y sexualmente libre, la convierten en el verdadero ejemplo feminista que nos deja la serie 30 años después.
Sé el primero en comentar