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Editorial: Más fuertes y unidas que nunca

Cuando surgió la idea de generar un proyecto editorial que reflejará el poder, las necesidades
y sueños del universo femenino, las urgencia de género estaban invisibilizadas por los peligros y las restricciones de la pandemia. Hoy, cuando celebramos nuestro segundo Día Internacional de la Mujer, podemos decir con orgullo que todo nuestro trabajo ha consistido en destacar ese espíritu colectivo que convierte a nuestro tiempo en un tiempo de mujeres.

Probablemente, esa sea la razón del porqué es tan difícil seleccionar a las mujeres que más han brillado hoy y ayer, o elegir a las que más influyeron a través de un legado inmortal. En cada siglo y en cada lugar, existió siempre una mujer poderosa que no pudo ser silenciada, la historia de cada una de ellas permitió que hoy, como nunca en toda la humanidad, exista una sinergia entre nosotras que trasciende a cualquier conflicto o diferencia.

Con sus obvias particularidades, las mujeres hemos conseguido sintonizar con otras de una
manera impensada hasta hace muy poco, cuando la competencia y los juicios primaban sobre
cualquier muestra de sororidad. Ese mismo espíritu de unidad ha logrado visibilizar como nunca las problemáticas femeninas y potenciar el trabajo de todas aquellas que están haciendo la diferencia, avanzando por senderos que históricamente fueron solo para hombres, o luchando por hacer realidad sus sueños.

Aunque los cambios juegan a nuestro favor, seguimos siendo víctimas de violencia a todo nivel y el sistema tiende a castigarnos solamente por ser mujeres. Es innegable, la educación y el empoderamiento siguen chocando frente a resabios culturales, aunque al final y no sin heridas a cuestas, podamos seguir y seguir corriendo la cerca hacia lo que es justo.

Si bien este 8M hay mucho que conmemorar, hay mucho más porqué seguir luchando. Ya no podemos seguir soportando la inequidad salarial cuando no sólo somos un pilar fundamental de la economía, sino que todavía enfrentamos las consecuencias de cargar sobre nuestros hombros con el peso de la pandemia y todo el cuidado familiar. Urge que la legislación colabore con el hecho de que recibimos remuneraciones inferiores a los profesionales del género masculino, igualmente calificados.

Nuestras múltiples habilidades y capacidad nos han permitido brillar pese a todos los yugos, de los que nos hemos ido librando a un ritmo bastante más acelerado que las legislaciones que no garantizan nuestro bienestar ni igualdad de derechos. Sin embargo, hoy estamos más fuertes y unidas que nunca.

En esta nueva conmemoración de la fecha que recuerda las manifestaciones realizadas por las mujeres en Europa y Estados Unidos para reclamar mejores condiciones laborales y exigir el derecho a sufragio, celebramos de la mano de historias únicas y llenas de luz que demuestran que más de un siglo después
del inicio de las reivindicaciones, las trincheras se diversifican.

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