POR: Alicia Tapia – Head of Finance, Farmacias Ahumada.
Hace algunos días, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, lanzó una durísima advertencia: al ritmo actual requerimos de 300 años para lograr la igualdad de género. Si bien la cuenta de Guterres considera la horrorosa situación de mujeres y niñas en Afganistán y Ucrania, las que en sus palabras “han sido literalmente borradas de la vida pública”, en Latinoamérica y en Chile la realidad deja mucho que desear. Nuestras sociedades, pese a la lucha que año a año las mujeres llevamos a todos los foros posibles, siguen tolerando actitudes y situaciones que atentan contra todo lo que anhelamos.
En este abanico de injusticias por todas conocido, hay una que inexplicablemente sigue invicta pese a carecer de sustento legal y económico. Me refiero al llamado Impuesto Rosa, ese extraño recargo que pagamos las mujeres por el simple hecho de ser mujeres, por productos cuya única diferencia es ser de un color rosado o tener una forma para que se “adapte” a nosotras.
En Chile, el Servicio Nacional del Consumidor cifró este sobrecosto en hasta un 6,7% en una muestra a 250 productos realizada en 2021. La mala noticia (por si lo anterior no fuera suficiente) es que el grueso de esa diferencia se concentra en la categoría “aseo y cuidado personal de adultos”. Dicho de otra manera, en protección femenina, depilación y analgésicos, productos que usamos a diario y no necesariamente por gusto.
Con estos antecedentes en mano y en línea con nuestro propósito corporativo, nos embarcamos en un profundo análisis que culminó en un llamado fuerte y claro desde Farmacias Ahumada a la comunidad: en nuestras farmacias le dijimos “Adiós al Impuesto Rosa”.
Sabemos que solos no vamos a resolver el problema de fondo que enfrentamos a diario las mujeres en Chile, pero estamos orgullosos de alzar la voz y poner en tabla un tema que no puede seguir invisibilizado. Hoy son 400 productos de la canasta básica femenina los que experimentarán descuentos para eliminar diferencias por el solo hecho de ser rosados, y confiamos que mañana serán muchos otros.
Queremos hacer nuestra parte en un tema que no resiste análisis y, desde nuestra posición, aportar en el desarrollo de una sociedad más justa e igualitaria, donde entregar acceso y asequibilidad a medicamentos y servicios de salud a la mayor cantidad de personas dónde y cuándo lo requieran.
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