La menopausia es el periodo de vida en que una mujer deja de tener ciclos menstruales. Esta se diagnostica después de que transcurren doce meses sin que las pacientes tengan un periodo menstrual, lo cual ocurre en promedio a los 51 años de edad. Si bien se suele hablar principalmente de los síntomas físicos asociados a la menopausia, como los sofocos, lo cierto es que la salud mental también puede verse afectada.
Frente a un diagnóstico, ¿de qué manera el acceso a un adecuado tratamiento farmacológico puede mejorar la calidad de vida de las mujeres durante y post la menopausia? Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada responde que, independiente de si hay síntomas o no, lo fundamental es tener un cuidado preventivo de la salud. “Es importante visitar periódicamente al médico, no sólo cuando se presentan síntomas”.
Desde Farmacias Ahumada, la profesional señala que los síntomas que suelen presentarse son: períodos menstruales irregulares, sequedad vaginal, sofocos, escalofríos, sudores nocturnos, problemas de sueño, cambios en el estado de ánimo, aumento de peso, cabello fino y piel seca, y pérdida de volumen en los senos.
Tratamientos farmacológicos
Paula Molina explica que la menopausia en sí no requiere ningún tratamiento médico, ya que no es una enfermedad, sino que una etapa natural en la vida de las mujeres. Sin embargo, existen algunos tratamientos – indicados por profesionales – que pueden ayudar a aliviar síntomas molestos. Estos son:
Terapia hormonal: La terapia con estrógeno es la opción de tratamiento más eficaz para aliviar los sofocos menopáusicos. El estrógeno también ayuda a prevenir la disminución de la masa ósea. La terapia hormonal durante períodos prolongados puede presentar algunos riesgos cardiovasculares y de cáncer de mama, pero comenzar con las hormonas en la época de la menopausia ha demostrado producir beneficios para algunas mujeres.
Estrógeno vaginal: Para aliviar la sequedad vaginal, se puede administrar estrógeno directamente en la vagina usando una crema vaginal, un óvulo o un anillo. Este tratamiento libera solo una pequeña cantidad de estrógeno, que absorben los tejidos vaginales. Esto puede ayudar a aliviar la sequedad vaginal, las molestias al tener relaciones sexuales y algunos síntomas urinarios.
Antidepresivos en dosis bajas: Ciertos antidepresivos relacionados con la clase de medicamentos llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina pueden atenuar los sofocos menopáusicos. Un antidepresivo en dosis bajas para controlar los sofocos puede ser útil para las mujeres que no pueden tomar estrógeno por motivos de salud o que necesitan un antidepresivo para un trastorno del estado de ánimo.
Medicamentos para prevenir o tratar la osteoporosis: Según las necesidades individuales, los médicos pueden recomendar medicamentos para prevenir o tratar la osteoporosis. Hay varios medicamentos disponibles que ayudan a reducir la pérdida de la masa ósea y el riesgo de fracturas. El médico puede recetar suplementos de vitamina D para ayudar a fortalecer los huesos.
Cuidado en la atención
Paula Molina explica que además de recalcar a las pacientes la importancia de acudir al médico para los controles preventivos, también es esencial que, frente a cualquier inquietud, se atrevan a ir a la farmacia y a hacer consultas a los químicos farmacéuticos, ya que estos son profesionales de la salud capacitados para orientar y educar sobre el uso de medicamentos, las dosis y la frecuencia de uso.
Asimismo, afirma la especialista, en el caso de la menopausia los químicos farmacéuticos pueden asesorar frente a ciertos síntomas que se busquen frenar: “Por ejemplo, reducir el malestar vaginal recomendando el uso de un producto de venta libre como un lubricante vaginal acuoso. O tener buenos hábitos de sueño, no fumar, ya que eso puede aumentar los sofocos, y también utilizar técnicas de relajación como la respiración profunda, la respiración rítmica, la visualización dirigida, los masajes y la relajación muscular progresiva, ya que pueden ayudar a aliviar los síntomas menopáusicos”.
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