La generación más numerosa del país está aprovechando las nuevas formas de trabajar para irse del país a buscar oportunidades de trabajo y otros aires.
Aunque la pandemia vino a acelerar el proceso, la generación Millennial ya traía en su ADN el viajar y ser independiente. La nueva realidad, de trabajos remotos y en línea, abrió puertas que antes estaban cerradas y ellos lo están aprovechando para salir del país en busca de oportunidades.
A los Millennial (nacidos entre 1981 y 1996) se les conoce por ser individualistas, frontales y narcisistas, pero también con una gran capacidad de adapatarse a los cambios. Crecieron en un periodo de vertiginoso cambio tecnológico y de desarrollo acelerado de las telecomunicaciones…con una visión del mundo que en nada se compara a lo que vivieron sus antepasados. Son menos proclives a formar familias tradicionales y también a tener hijos, por lo que cargan con menos preocupación en torno al futuro, al que visualizan muy distinto al presente. A nivel laboral, representan el 34% de la fuerza laboral en Chile y tienen una filosofía que cualquier maestro budista aplaudiría. Para ellos, la felicidad está sobre cualquier asunto económico.
Para muchos, la pandemia fue un acelerador que los motivó a buscar nuevos horizontes. Ahí, muchos partieron a regiones, buscando mejorar su calidad de vida y acercarse a la naturaleza, otros tantos decidieron derechamente probar suerte más allá de las fronteras.
José Miguel Martínez tiene 27 años y es ingeniero comercial. Estuvo meses tramitando su visa Partnership para viajar los Países Bajos y hace tres semanas pudo viajar. Está en Amsterdam, buscando algún trabajo que no le demande mucho idioma y que sea flexible en cuanto teletrabajo. “Me fui de Chile porque en Europa hay mejores oportunidades, políticas limpias, mejor acceso a la educación y ciudades más seguras. La pandemia ayudó en el sentido que hizo todo un poco más flexible, y como en Chile no pasaba nada, decidí venir. Santiago es una ciudad muy estresada, hay mucha delincuencia y está sobre poblada, a las seis de la tarde no se puede ir a ninguna parte”, dice.
Renata Becerra (29 años) aprovechó que la despidieran de la oficina donde trabajaba para tomar la decisión de comprar un pasaje de ida para Portugal. Hoy vive en Praia da Luz y trabaja como recepcionista en un hostal de la zona. “Me quise ir porque en Chile era todo igual, todos los días iguales y me estaba pudriendo por dentro. Muchos de mis compañeros de universidad estaban sacando visas para irse así que eso me animó a hacerlo. A esta edad uno no está amarrado a un crédito, a una familia o algo, se es más libre y se pueden dar estas oportunidades. No conocía Portugal, pero es maravilloso, las playas son hermosas y se gana mucho mejor de lo que lo haría en Chile”.
Diversos estudios determinaron que el 2021 habrá terminado con 300 millones de viajes internacionales de personas menores de 30 años y las proyecciones indican que para el año entrante este segmento supondrán el 30% de la fuerza laboral mundial. “La media indica que los millennials tienden a planificar viajes que duran entre seis meses y un año. De todas formas son personas de planes fluctuantes y se adaptan muy bien a las nuevas oportunidades de trabajo, por lo que pueden alargar indefinidamente su estadía si encuentran algo que les permite subsistir y viajar por los alrededores”, dice Francisco del Campo, analista de una agencia de viajes.
Juan Pablo Arévalo
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