La próxima vez que pidas un café piensa en que detrás se ocultan miles de historias de empoderamiento, desarrollo personal y crecimiento profesional. No es simplemente un latte que te entregan en el mostrador de Starbucks, lo que tienes enfrente es el último eslabón de una cadena de historias de vida que se entrelazan para inspirar a otras personas a reinventarse y superar los retos de cada día.
Es la historia de Itzel García, Edith Castillo o Brenda Barajas. Ellas trabajan en distintos puestos dentro de Starbucks en la Ciudad de México, pero sus historias coinciden en la determinación que han tenido para vencer el miedo y tomar los riesgos que las han llevado al crecimiento personal. Por supuesto, su viaje no ha sido fácil, pero han dado pasos firmes para ser cada vez más resilientes.
Itzel lleva 8 años dentro de la compañía. Es gerente, Coffe Master regional y está involucrada, junto con los Coffe Masters distritales, en los planes de café de Starbucks en la región. Llegar hasta ahí le exigió horas de desvelo, ya que trabajaba y estudiaba al mismo tiempo. En esos años, su turno iniciaba a las 5 de la mañana y salía de la escuela a las 10 de la noche. Todo el día a mil por hora.
A los tres meses de haber sido contratada, se convirtió en barista trainer y tres meses después ascendió. “Como supervisora estuve en 4 tiendas hasta que llegué a la que estoy actualmente y aquí me desarrollé como subgerente y ahora como gerente de tienda”, recuerda Itzel García en entrevista con Woman Times. Itzel resume ese proceso con una palabra: capacitación.
“Algo verdaderamente relevante es que la capacitación está abierta para todas. Conozco a compañeras que son muy talentosas y hoy tienen la oportunidad de desarrollarse ya sea en operación o un puesto corporativo. Creo que dar el valor a lo que hacemos, en igualdad de condiciones con nuestros compañeros hombres; te impulsa a poder seguir luchando por tus sueños”, comparte Itzel.
Su viaje dentro de Starbucks le ayudó a tener más determinación. Itzel recuerda que poco antes de la pandemia tuvo la oportunidad de irse a otra tienda como gerente, pero sentía que no era su momento. “Para mí la opción era seguir siendo subgerente y seguir aprendiendo habilidades que yo consideraba que me hacían falta”, confiesa durante la charla.
“El gerente distrital que yo tenía en ese momento tuvo una conversación decisiva conmigo y me decía que no tuviera miedo a arriesgarme, que las cosas las iba ir aprendiendo y que la motivación tenía que venir de mí misma. Eso creo que me alentó a poder tomar la decisión de ser gerente de tienda”. Dos meses después llegó la pandemia de Covid-19 a México, pero la vida le retribuyó el esfuerzo.
“En ese momento de la pandemia la tienda a la que yo me iba a ir siendo gerente cerró casi dos años y mi tienda en la que me quedé fue de las pocas tiendas que sobrevivió toda la pandemia. Creo que, si no hubiera tomado esa decisión y si no me hubiera arriesgado en ese momento, hoy no estaría donde estoy y no hubiera logrado muchas de las cosas que he logrado”, dice con orgullo de sí misma.
Para ella su historia no es más que el último eslabón de una cadena de historias que se refleja en el café que los clientes compran. “De nosotras depende que el cliente se lleve su bebida, pero detrás de eso hay muchísimas personas, desde caficultoras, que me dan mucho orgullo, hasta baristas. Nosotras somos el último eslabón y tenemos que cuidar todo ese trabajo de muchos años. Es una responsabilidad muy grande y un gran orgullo”.
“El mensaje es creer en ti misma”
Edith Castillo cumplirá 12 años dentro de Starbucks. Su viaje inició con la apertura desde cero de una sucursal al norte de la Ciudad de México. Al principio veía su estancia dentro de la compañía como algo pasajero, ya que necesitaba costear sus estudios de diseño gráfico, pero pronto el trabajo se convertiría en una prioridad.
“La carrera me demandaba mucho tiempo para las tareas. Mi horario era de 2 de la tarde a 10 de la noche, entonces necesitaba un empleo de medio tiempo que me diera facilidades para trabajar y estudiar al mismo tiempo”. Hoy, casi 12 años después, es gerente de una de las tiendas de la marca en la Ciudad de México que más ventas registra.
En este viaje Edith se ha conocido y empujado a sí misma para ir por más. Como la vez cuando el corporativo de la Ciudad de México abrió una oportunidad para ocupar una posición administrativa por 1 año, ella no dudó en aplicar. Se postuló junto a otros 20 gerentes de tienda y ganó. “Yo sabía que era una posición eventual, pero me abriría muchas posibilidades. Me dio mucho empuje y confianza en mí misma”, recuerda Edith Castillo.
“Eso me sirvió para buscar sentido a mis estudios y poder anclarlo dentro de la marca. Esto me ha abierto muchas puertas porque justamente ven esa parte creativa en mí. Por ejemplo, a lo mejor un plan que es muy estructurado en estrategia de venta o de capacitación, luce mucho más fácil en una infografía dentro de un manual”, explica.
Edith no solo se ha logrado redescubrir y empoderar a sí misma, sino que también ha apoyado a otras partners más jóvenes. “Recuerdo a una chica que me decía que solo aspiraba a ser barista porque tenía un hijo y una pareja que le reprimía sus aspiraciones”. La sororidad de Edith es destacable ya que en México el ser madre o asumir una labor de cuidados merma su productividad.
Según el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, en México se reportó que 41% de las madres en el país eran económicamente activas. Además, la responsabilidad de cuidados sobre alguien más, que históricamente han asumido las mujeres, les pone obstáculos durante su preparación profesional.
De acuerdo con la misma fuente, en 2020 más de la mitad de las madres mexicanas (57%) contaban con educación básica, 19% habían cursado educación media superior y solo 17% tenían educación superior. Por el contrario, 7% de las madres reportaron no contar con ningún nivel de escolaridad.
“Creo que tuvimos conversaciones valientes y significativas para animarla a que ella podía ser y hacer lo que quisiera, aspirar a ser supervisora o gerente. Ahora esa partner ya retomó la escuela, me habla muy motivada de sus planes. Eso me motiva mucho”, admite Edith.
Mujeres STEM
Con año y medio como gerente financiera, Brenda Barajas ya ha visto de cerca las historias de resiliencia que se escoden detrás del café. Aunque ella trabaja dentro del corporativo de la marca en la capital mexicana, parte de su introducción a la compañía fue ponerse en los zapatos de los partners en las sucursales para conocer de primera mano la filosofía de trabajo que impera en estos espacios.
“Muchas personas se sorprenden de que haya estudiado economía porque es una carrera relacionada con las matemáticas. Me dicen que los números son de las cosas más difíciles que existen, pero ese entrenamiento en tienda me permitió conocer la complejidad de hacer un café, las personas que trabajan en operación merecen todo mi respeto porque al final gracias a ellos yo estoy aquí”, admite Brenda para reconocer a quienes son el lado humano de la compañía.
Brenda es economista, y como ella misma lo dice, la gente se sorprende de que se sienta cómoda en un sector con mayor presencia de hombres, que son las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en México solo tres de cada 10 profesionistas en STEM son mujeres.
Al respecto, Brenda comenta que en su primer trabajo el equipo estaba conformado por cinco hombres y ella, pero recientemente se ha cruzado con mujeres ejerciendo puestos de liderazgo, como su actual jefa dentro del área financiera de Starbucks en México. “El hecho de tener una jefa así me ha inspirado mucho para crecer como profesional, me gusta pensar que el día de mañana yo podría estar en una posición así”, confiesa.
Al igual que Itzel, Edith y Brenda, miles de historias de otras mujeres que han superado barreras y han aprendido a ser más resilientes se ocultan detrás de cada café, por lo que la siguiente vez que visites una tienda piensa un momento en lo que la persona que tienes enfrente ha tenido que enfrentar para superarse cada día, quizá así tu bebida te gustará aún más.
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