La periodista de 26 años es la primera mujer relatora de fútbol del país. Abriéndose paso en un mundo de hombres, dice que las mujeres están mucho más expuestas y que siempre se les busca el error. “A los hombres se lesperdonan los errores o que estén desinformados. Nosotras tenemos que estar renovándonos siempre en la aprobación”.
A pesar de venir de una familia de periodistas, padre, madre y tíos, Rocío intentó primero con actuación, pero dio la prueba en la Universidad Católica y no quedó. Entonces, la historia familiar jugó en su favor y la llevó por el rumbo de las comunicaciones: entró a periodismo porque así podría combinar sus gustos por el fútbol, ir al estadio y acompañar a su padre a las transmisiones de los partidos para Radio Santiago.
Un día, cuando cubría una transmisión para la radio, el relator venía con 30 minutos de retraso, por lo que tuvo que saltar al micrófono y relatar el partido para salvar la situación. Lo hizo por alrededor de 20 minutos y el resultado no le gustó. Los nervios le pasaron una mala jugada y se sintió frustrada, al darse cuenta que no todavía no estaba 100% preparada.
Fue entonces cuando se inscribió a Progol, la academia de relato de Claudio Palma, donde era la única mujer del curso. “Mis compañeros eran todos hombres, como yo no era una amenaza para nadie, ellos se juzgaban entre sí. Un amigo de hecho me preguntó si venía a estudiar doblaje. Cuando le dije que iba al curso de relato, su cara cambió, fue desilusionante”, dijo.
Eso sí, todos sus esfuerzos dieron su fruto el 1 de abril de 2020, cuando se puso por primera vez frente a un micrófono para relatar un partido profesional de fútbol, momento que recuerda hasta el último detalle.
¿Cómo recuerdas el primer partido que relataste y donde pasaste a ser la primera mujer en Chile en relatar uno?
Fue un sueño. Recuerdo que antes del partido nadie me creía, llevaron a un relator suplente por si yo no podía, todos estaban cuidándome porque no me tenían mucha fe. Pero me sentí realizada, muy satisfecha porque pude terminarlo, le puse voz a un partido de fútbol. Fue un partido entre Unión la Calera y Unión Española, el primer gol que grité fue de Jonathan Andía, un 1 de abril de 2020. Tenía ganas de demostrar todo lo que había aprendido y lo logré.
¿Qué valor distinto le pueden entregar las mujeres al periodismo deportivo?
Primero, se necesita gente con pasión, que ame el fútbol independiente de si es mujer u hombre. Igualmente creo que las mujeres le ponemos un poco más de sensibilidad en el sentido humano, tratamos de preguntarnos sobre los sentimientos en ciertas situaciones que pueden afectar a los protagonistas. Todos los días hay que ir reinventándose, viendo los partidos, seguir estudiando y metiéndole pasión. A mí esto me encanta, no me imagino haciendo otra cosa.
¿Qué es lo que más cuesta de ser mujer en el periodismo deportivo?
Lo que más cuesta es que siempre te van a escuchar con más atención esperando a que estés equivocada o para mostrar que no sabes. En este mundo hay que ir con mucho cuidado, hay que ser precisa con los datos porque no te perdonan una. Al primer error te salen a criticar y de pasada castigan a tus pares, a las otras mujeres del rubro. Las críticas son duras con las mujeres, a los hombres se les perdonan los errores o que estén desinformados. Nosotras tenemos que estar renovándonos siempre en la aprobación.
“Como relatora además no tengo un referente o ejemplo de mujer. Ahora recién en Argentina están apareciendo y eso me está ayudando harto, pero al principio no sabía cómo gritar un gol con una voz tan aguda o cómo hacer para no imitar a un hombre. Uno con los partidos y el estudio va adquiriendo sus formas y ahora estoy en un momento en que no quiero probar más, sino reforzar el mío”.
Rocío dice que su sueño dentro del periodismo es que la puedan tomar en serio, que pueda ser respetada como profesional y que “se me den oportunidades para demostrar el estudio, me encantaría ser respetada en el mundo deportivo. También me gustaría trabajar en estadísticas, en el análisis, viajar y relatar eventos importantes, hacer la Copa América femenina, un Mundial, todo, y por qué no también acompañar y relatar a la selección chilena masculina”.
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