La última década ha visto un auge en el género de terror, con un creciente protagonismo de escritoras latinoamericanas que fusionan el complejo contexto social del continente con narrativas de ficción poderosas.
El 1 de enero de 1818 la escritora inglesa Mary Shelley publicó lo que se convertiría, según diversos autores, en la primera novela del género de terror gótico: Frankenstein o El moderno Prometeo. Una historia que amplió los horizontes de la literatura oscura, introduciendo nuevos arquetipos como el del científico loco y temáticas como la naturaleza de la vida, la creación y la responsabilidad moral.
El legado de Mary Shelley en el género del terror sigue perdurando incluso dos siglos más tarde. Sin embargo, a diferencia de su época, hoy son muchas las mujeres, sobre todo latinoamericanas, que se han aventurado a escribir historias sombrías. Desde las argentinas Mariana Enríquez y Samantha Schweblin, hasta la ecuatoriana María Fernanda Ampuero, todas ellas han enriquecido el género con perspectivas frescas y voces únicas, aportando narrativas innovadoras y desafiantes.
Conocida por muchos como “La reina del terror”, la autora Mariana Enríquez comenzó a escribir inspirada por los relatos de autores clásicos del género como Stephen King y H.P. Lovecraft.
Nuestra parte de noche es quizás su libro más popular. Publicado en 2019, Enríquez narra la historia de un padre y un hijo llamados a ser médiums de una sociedad secreta en el contexto de la dictadura en Argentina. La obra fue galardonada con el Premio Herralde de novela el mismo año.
Además de ficción, Enríquez ha escrito una serie de crónicas sobre sus propias experiencias, entre ellas, las publicadas en el libro “Alguien camina sobre tu tumba” (2013), donde relata sus viajes recorriendo cementerios alrededor del mundo. Este año, el libro fue reeditado e incluye una crónica especial del cementerio de Punta Arenas en Chile, al que describió como “el cementerio más hermoso del mundo”.
Desde Génova hasta África, Mariana Enríquez lleva al lector a través de distintos lugares y culturas con historias de cementerios muy distintas entre sí. Montjuïc y Poblenou (Barcelona), la Recoleta (Buenos Aires), Montparnasse (París), Frankfurt, Lima, Highgate (Londres) e incluso la tumba de Elvis Presley en Graceland.
El nombre de María Fernanda Ampuero tampoco resalta en el mundo de la literatura terrorífica. Motivada por “todo el hijueputismo del mundo que me ha hecho daño a mí y a mucha otra gente”, la ecuatoriana aseguró para el diario La Nación que sólo le interesa el terror. “Quiero vengarme y, como no soy material para la cárcel, me vengo por medio de la herramienta con la que siempre he hecho todo, que es la palabra”, expresó.
Publicado en 2018, Pelea de gallos es uno de sus libros más populares. Narrado con un lenguaje crudo y visceral, se trata de una compilación de trece cuentos cortos protagonizados, en su mayoría, por niñas y mujeres que comparten sus historias llenas de violencia, machismo y desigualdad en Latinoamérica.
Nacida en Argentina, Samanta Schweblin es otra de las mujeres que ha aportado una visión única al género de terror en los últimos años. A diferencia de otros autores, la obra de Schweblin está fuertemente marcada bajo el sello del “terror cotidiano”, en el que explora miedos muchas veces ligados al mundo de lo familiar. Su compilado de cuentos Pájaros en boca, publicado en 2009, ilustra horrores del cotidiano con historias profundamente perturbadoras y desconcertantes que atrapan al lector hasta la última página.
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