POR: Israel Zamarrón.
México todavía tiene muchas brechas por cerrar en materia de equidad de género. Pero una que se suele mirar poco es la desigualdad que existe entre nombres y mujeres que ya son personas adultas mayores. Recientemente el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ofreció una panorámica que ayuda a dimensionar las desigualdades en este grupo de edad.
En una investigación recientemente publicada -que servirá como base para que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum diseñe políticas públicas al respecto-, el Coneval encontró que las mujeres de 60 a 64 años perciben la mitad de los ingresos que los hombres de la misma edad. Y es todavía peor cuando se trata de mujeres indígenas o afromexicanos, pues reciben solo una cuarta parte en comparación con los hombres.
“Por otro lado, en 2022, de las 3.2 millones de mujeres de 60 a 64 años, 1 millón de mujeres (30.4%) no percibió ningún tipo de ingreso monetario. Por su parte, 849.3 mil mujeres de 60 a 64 años (26.9%) en este grupo de edad reportaron ingresos únicamente a partir de transferencias, lo que implica que sus ingresos provinieron a partir de jubilaciones o pensiones, donativos, remesas o a partir de algún programa social”, indica el Coneval.
Casi la mitad (45.6%) del ingreso de las mujeres de 60 a 64 años se destina a los alimentos, siendo la categoría más amplia, que refleja también que la labor de cuidados recae mayoritariamente en las mujeres. La segunda categoría de gasto (17.4%) es transporte y la tercera es vivienda, con 8.8%. Los cuidados personales apenas alcanzan el 7.4% y la salud representa solo el 3.4%.
Según la investigación del Coneval, que sustenta la propuesta de campaña de Sheinbaum de implementar un nuevo programa social que beneficie con una pensión a las mujeres de 60 a 64 años edad, halló que el 96.3% de las mujeres en este grupo de edad no reciben ningún tipo de programa social, de las cuales casi el 30% se encontraba en situación de pobreza.
“Por otra parte, las mujeres de 60 a 64 años que recibieron ingresos por programas sociales reportaron 1,312.56 pesos mensuales en promedio. Sin embargo, 43.4% estuvo en situación de pobreza”, indica el Coneval.
Sobre la situación de las mujeres de este grupo de edad, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha dicho: “han dedicado su vida al cuidado de sus familias, es hora de retribuirlas para que puedan gozar de mayor autonomía. Por ello en mi gobierno, recibirán un apoyo bimestral equivalente a la mitad de la pensión de los 65 y más. En 2025 un millón de mujeres de 60 a 64 años van a recibir este apoyo”.
Se prevé que este programa social sea universal para todas las mujeres de 60 a 64 años que radican en México, pero los registros serán paulatinos, es decir, el programa comenzará a otorgar los apoyos primero a mujeres indígenas, para después seguir con otros grupos vulnerables como mujeres afromexicanas, hasta llegar a las mujeres en general de 63 y 64 años, y después de 60 a 64, dependiendo de la suficiencia presupuestaria.
El objetivo es apoyar la autonomía y la independencia de las mujeres mayores, reduciendo su dependencia económica de familiares o terceros; disminuir los niveles de pobreza entre las mujeres mayores y reducir las desigualdades económicas y sociales que enfrentan; asegurar que las mujeres de este grupo etario tengan una fuente de ingreso segura y predecible, contribuyendo a su estabilidad financiera, y valorar y compensar el trabajo no remunerado realizado por las mujeres a lo largo de su vida, como el trabajo doméstico y el cuidado de familiares.
Como recientemente informó Woman Times, los hogares mexicanos se sostienen por el trabajo no remunerado, que son todas esas labores domésticas, de alimentación, limpieza y mantenimiento de la vivienda, limpieza y cuidado de la ropa y calzado, preparación de alimentos, compras y administración del hogar, cuidados y apoyo, y ayuda a otros hogares y trabajo voluntario.
Sin embargo, existe una distribución desigual de las responsabilidades en el trabajo no remunerado en los hogares de México: el 71.5% recae en las mujeres y solo el 28.5% en los hombres, de acuerdo con cifras de la Cuenta Satélite del Trabajo no Remunerado de los Hogares en México del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
Las cifras cuantifican el trabajo no remunerado en los hogares en 8.4 billones de pesos, que equivalen al 26.3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, cifra que registró un aumento de 1.1% entre 2022 y 2023. Esto ubica el trabajo no remunerado por encima de industrias como la manufactura (20.3% del PIB) y el comercio (18.6%).
En 2023 las mujeres dedicaron 63.7% de sus horas de trabajo a labores domésticas y de cuidados, mientras que los hombres solo 27.9%. “Con sus labores domésticas y de cuidados, las mujeres aportaron a sus hogares 2.5 veces más valor económico que los hombres”, refirió el INEGI. De hecho, si estas labores se pagaran, las mujeres percibirían un salario de 7,248 pesos mensuales y los hombres 3,040 pesos al mes.
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