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Cuando lideramos desde lo femenino: Entrevista con Tatiana Camps

Hace un poco más de un año, la ingenieria civil y consultora experta en transformación organizacional, Tatiana Camps, lanzó su libro “Liderar desde lo femenino”, una propuesta que, a partir del recogimiento de testimonios de mujeres reales, revela los aportes y beneficios tanto económicos como socioculturales que surgen en los espacios donde una mujer es quien asume las responsabilidades, dando el ejemplo con valores – como la empatía y el cuidado – que hacen mejorar con creces los climas laborales.

“Es fundamentalmente moverse de un estilo vertical, jerárquico, autoritario, basado en el control, a un estilo de liderazgo más horizontal, que se basa en el genuino interés por el otro”. Así define Tatiana Camps el liderazgo desde lo femenino, una invitación no exclusiva para mujeres que ocupan altos cargos, sino para cualquier persona que quiera decirle “ya no más” a los modos de liderar que son construidos, hace siglos, desde la mirada masculina.

Este año en concreto, celebrando la tercera edición de su título, Tatiana Camps se prepara también para llevar su programa “Liderando desde lo femenino”, que es desde donde nace su libro, a diferentes ciudades de Chile y, en específico, a un diplomado en la Universidad Andrés Bello, donde espera que las propuestas enunciadas para lograr este “cambio cultural” a nivel organizacional pueda llegar cada vez a más personas.

¿Qué significa liderar desde lo femenino ? ¿Qué beneficios trae?

Es una forma de liderazgo que no es exclusiva de las mujeres, sino que una manera de liderar, en general, que no ha sido validada y permitida en las organizaciones hasta ahora. Estamos justo viviendo el momento donde este estilo de liderazgo empieza a abrirse a un espacio.

¿Y de qué trata? Es fundamentalmente moverse de un estilo vertical, jerárquico, autoritario, basado en el control, a un estilo de liderazgo más horizontal, que se basa en el genuino interés por el otro, en las relaciones, en el escuchar, pero que es un escuchar que estoy empleando para entender lo que la otra persona está diciendo, porque me interesa genuinamente la visión o el aporte que ese otro trae al equipo.

También, es una manera de liderar que tiene presente las distintas dimensiones de los seres humanos, que ven que la otra persona que está trabajando tiene otra vida más allá del trabajo, y de estar disponible para respetar eso y cuidarlo. Entonces, es moverse desde lo jerárquico hacia lo horizontal, lo colaborativo, y desde el control a la innovación y la flexibilidad.

En línea con lo anterior, ¿por qué es importante ver el desarrollo organizacional desde un enfoque de género?

Para que lo femenino tenga un espacio es necesario que haya una organización que lo acoja. Sin embargo, vivimos en sistemas que rechazan lo distinto. En un entorno donde lo que se valida es que seamos todos iguales y que tengamos un estilo de liderazgo que es el “aceptado”, otra forma de hacerlo no tiene un espacio, y ahí las mujeres lo que han hecho históricamente es adaptarse y adquirir ese estilo de liderazgo.

Para que el liderar desde lo femenino tenga un espacio, es necesaria una transformación organizacional. Es necesaria una transformación cultural para la equidad de género. Para que exista un espacio donde las mujeres puedan liderar desde lo femenino, la organización se tiene que transformar y permitir que eso ocurra. Escuché en una charla a alguien decir: “Lleva a una mujer a un espacio de hombres, se va a transformar la mujer. Lleva a varias mujeres a un espacio de hombres, se va a transformar el espacio.”

En tu libro te refieres a que el liderazgo desde lo femenino aporta en una mayor sostenibilidad, en el amplio sentido de la palabra. ¿En qué medida estos elementos se vinculan?

La ONU tiene muchas investigaciones que demuestran que la incorporación de mujeres en los espacios de liderazgo hace que las decisiones que se toman sean más sostenibles. Al mismo tiempo, en los lugares donde hay mujeres tomando decisiones, a su vez abre espacio para más mujeres.

Por otra parte, las mujeres y niñas somos las que estamos en peores condiciones en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, entonces cuando las decisiones que se toman tienen enfoque de género, también tienen impacto positivo en la sostenibilidad, en los ODS, porque forman parte de nuestras preocupaciones.

Mi propósito de base, mi motivación fundamental de trabajar en liderazgo femenino es ver cómo esto aporta a la sostenibilidad, en la posibilidad de tener este doble impacto, para mí eso es fundamental.

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