POR: Melanie Taylor y Catalina Girardi, fundadoras de Vive Ubuntu
El suicidio es un tema que, por desgracia, afecta a todas las edades, incluyendo a niños y adolescentes y se ha convertido en un problema creciente que necesita ser abordado. En Chile, según el Centro de Vigilancia Centinela del HUAP (ex Posta Central), se registró un aumento del 55% en los casos de intentos de suicidio el 2022 en comparación con el año 2021.
Esta cifra da cuenta del estado actual en el que se encuentra la salud mental de las personas en el país y que es urgente abordar. En el caso de los niños, niñas y adolescentes, este problema es causado por una variedad de factores como trastornos de salud mental, conflictos familiares, acoso escolar, problemas de identidad y muchos más.
Sin duda, para prevenir el suicidio infantil y adolescente en Chile, se requiere de un trabajo integral entre organizaciones privadas y públicas. En este contexto, aplaudimos que el Gobierno regional junto a 7 fundaciones relacionadas a esta temática, presentaran hace unas semanas el programa “Quédate”, que pone foco en la prevención, a través de un chat que brindará orientación a quienes lo necesiten e intervenciones en distintos grupos de riesgo y sus comunidades.
Un buen comienzo que, en el corto y mediano plazo, debe ser complementado con nuevas iniciativas para obtener resultados positivos en la lucha contra el suicidio en nuestro país.
Es clave que se involucren las familias y los establecimientos educacionales, que deben ser siempre “lugares seguros” para los más jóvenes y donde puedan expresarse sin miedo ni vergüenza. El apoyo emocional, la preocupación, hablar sobre salud mental es fundamental, para que todos seamos capaces de identificar señales de alerta e intervenir adecuadamente y, sobre todo, a tiempo.
En resumen, el suicidio infantil y adolescente es un problema grave en Chile que requiere la atención y la acción de todos. Es fundamental que se tomen medidas para prevenir el suicidio y para apoyar a los jóvenes que están en riesgo. Al hacerlo, podemos trabajar juntos para proteger la salud y el bienestar de nuestros jóvenes y asegurarnos de que tengan las herramientas y el apoyo que necesitan para prosperar.
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