Según confirmó un portavoz del gobierno, a partir de este mes no podrá funcionar ningún salón de belleza ni peluquería dentro de Afganistán, tratándose de la más reciente restricción impuesta a las mujeres del país.
Así lo confirmó Mohammad Sadiq Akif Mahajir, portavoz del Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio. Desde que se informó la medida el pasado 2 de julio, se dio el plazo de un mes para el cierre de locales de belleza para mujeres que estén operando en el país.
Esta medida, tal como alertan los organismos internacionales, dejará sin trabajo ni oportunidades de crecimiento económico a muchas mujeres afganas, quienes día a día se dedican a desempeñar actividades del rubro de la estética para mantener sus hogares. “UNAMA llama a las autoridades de facto a detener el edicto de cierre de los salones de belleza. Esta nueva restricción a los derechos de las mujeres tendrá un impacto negativo en la economía y contradice el apoyo declarado al espíritu empresarial de las mujeres”, aseguró la misión de la ONU en un mensaje publicado en la red social”, indicó la misión de la ONU en sus redes sociales.
El cierre de los salones de belleza es una medida que se había impuesto cuando los Talibanes estuvieron en el poder durante los años 1996 y 2001. Sin embargo, luego de la invasión de Estados Unidos que los mantuvo fuera del poderío, los locales se habían vuelto a abrir.
Tras enterarse de la restricción, una mujer proveniente de Afganistán reportó a la BBC de manera anónima: “El Talibán le está quitando los derechos humanos más básicos a las mujeres afganas. Están violando los derechos de las mujeres. Con esta decisión, están privando ahora a las mujeres de servir a otras mujeres. Cuando escuché la noticia, me quedé completamente en shock. Pareciera que el Talibán no tiene otro plan político que enfocarse en los cuerpos de las mujeres. Están tratando de eliminarnos de todos los niveles de la vida pública”, señaló.
Esta reciente medida se añade a la serie de prohibiciones que los talibanes le han impuesto a las mujeres afganas desde su regreso al poder en agosto de 2021, entre ellas su exclusión de la educación universitaria, la imposibilidad de trabajar en cualquier organización gubernamental, y la prohibición de asistir a parques de atracciones y gimnasios, entre otras.
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