Si bien no reemplaza a la mamografía, el autoexamen representa una herramienta fundamental para quienes, por edad, aún no realizan ese tipo de diagnóstico. A través del autoexamen se busca que todas las mujeres conozcan sus mamas y puedan levantar una alerta ante cualquier cambio, el que debe ser consultado con un especialista.
Anualmente, en Chile se diagnostican más de 5 mil nuevos casos de cáncer de mama, según proyecciones realizadas en 2020 por el Observatorio Global del Cáncer (Globocan), plataforma web interactiva desarrollada por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), un órgano que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si bien la mayor incidencia y mortalidad se concentra entre los 50 y 69 años, en el último tiempo se ha ido registrando una tendencia de encontrar esta enfermedad en jóvenes menores de 40 años.
De hecho, ahondando un poco más en las proyecciones de Globocan, más de 500 mujeres entre los 20 y 39 años serían diagnosticadas anualmente con esta patología en nuestro país, lo que refuerza la necesidad de educar a la comunidad de manera transversal, con el objetivo de poder desarrollar una mayor cultura del autocuidado.
Según la Dra. Verónica Toledo, cirujana oncóloga de mama de Fundación Arturo López Pérez, el cáncer de mama “consiste en el crecimiento descontrolado de células en la glándula mamaria. A pesar de que hoy no se ha logrado identificar su principal factor gatillante, sí ha avanzado muchísimo en términos de diagnóstico y tratamientos, permitiendo que 9 de cada 10 puedan sobrevivir si se detecta precozmente, es decir, antes que la lesión sea palpable. Y para ello, la mamografía es sin duda la mejor herramienta”, comenta.
Hasta los 40, el cáncer de mama no suele ser una preocupación para las mujeres. Es a partir de esa edad que comienza a aumentar el riesgo de tenerlo y por ello, la recomendación de iniciar los controles de detección precoz a partir de la toma anual de la mamografía. Sin embargo, la Dra. Toledo explica que “con los años esta realidad ha cambiado y en FALP, es cada vez más recurrente diagnosticar a personas más jóvenes con esta enfermedad, cosa que antes no pasaba con frecuencia”.
Al respecto, la especialista señala que “estamos viendo la presencia de cánceres bastante agresivos, lo que ha derivado en que se estén desarrollando estudios relacionados con la alimentación, el sedentarismo y consumo de tabaco y alcohol como posibles factores gatillantes en esta población. Existe una impresión clínica, pero aún no está científicamente comprobado”, agrega.
La importancia de conocerse
Según la Dra. Verónica Toledo es importante tener presente que, en las mujeres jóvenes, el cáncer de mama tiene una forma de presentación diferente a una mujer adulta, es decir, “nos enfrentamos a la presencia de enfermedades tumorales o de ganglios agresivas, que son palpables, grandes y de rápida progresión. A esto se suma que, por edad, ellas no están dentro del rango de la mamografía, por lo que su diagnóstico clínico con el especialista es fundamental para la indicación de pruebas que confirmen a la brevedad el diagnóstico y así poder iniciar el mejor tratamiento”.
De esta forma, ante la ausencia de controles preventivos o de detección precoz, el autoexamen mamario cobra aún más importancia. “Generalmente serán ellas mismas las primeras en notar algo extraño. Lo importante es que, ante la alerta de un cambio o algo sospechoso en sus mamas, puedan consultar inmediatamente a un especialista y no lo normalicen, ya que eso podría marcar la diferencia en el diagnóstico y tratamiento, en caso de confirmarse la presencia del cáncer de mama”, complementa la especialista.
A diferencia de lo que muchas mujeres piensan, el autoexamen mamario no detecta precozmente el cáncer de mama, pero sí es una herramienta de gran utilidad para las mujeres, en cuanto les permite conocer sus mamas y los cambios que van teniendo durante todo su desarrollo. Porque, según puntualiza la Dra. Toledo, “todas las mamas son diferentes. Incluso en una mujer, la derecha no es igual a la izquierda. Al igual que nuestro rostro y otros órganos de nuestro cuerpo, ellas irán cambiando junto a nosotras a través del tiempo: en la pubertad, el embarazo, y también en la menopausia, solo por nombrar algunas etapas de nuestra vida.”
¿Cómo lograr que la autopalpación sea realmente útil? “Haciéndola mensualmente y no esperando encontrar algo, sino más bien conocer cada mama, para que en un momento dado, si hay alguna modificación, ésta les llame la atención. Esto debiera comenzar a practicarse desde los 20 años, cada mes después de finalizada la menstruación. Una instancia que debería integrarse a la rutina diaria de la mujer y mantenerla de por vida, ya que si bien el autoexamen no reemplaza a la mamografía, podría ayudar a identificar posibles cambios entre mamografías, desde los 40 años.”, afirma la cirujana de FALP.
Volviendo a las jóvenes y, suponiendo que una encuentre alguna alteración con respecto a la normalidad de sus mamas, el siguiente paso es consultar, jamás restarle importancia al hallazgo o pensar que es normal y que se pasará con el tiempo. Esa visita al médico es un momento clave. “En más del 90% de los casos, las pacientes recurrirán a un ginecólogo y no a un especialista en mamas. Y el ginecólogo puede ser sorprendido por esta patología debido a la edad de la paciente, porque cuando uno no espera una enfermedad, no la piensa y menos la busca. Así, la primera enseñanza sería decirles a las mujeres jóvenes que, si se encuentran una lesión en la mama, consulten; y que además del ginecólogo, también evalúen la opinión de un especialista en mama”, explica la Dra. Toledo.
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