Hace dos años, el nombre de Catalina Aguirre salió del anonimato para entrar en las grandes ligas de la cosmética mundial, algo que en nada sorprendió a sus cercanos que conocen bien su determinación y arrojo. Apenas tres años después de lanzar su primera y exitosa línea dermocosmética, el cantante Ricky Martin, maravillado por los resultados de sus productos, la buscó para ofrecerle ser su socio, una experiencia que ella define como “fantástica” y que le dio una visibilidad mundial a los aplausos que Kumiko cosechaba en los mercados más exigentes.
Destacada por la revista Forbes en la lista de las figuras más influyentes del segmento beauty a nivel mundial, Catalina Aguirre también ha sido destacada por la revista de la comunicadora Oprah Winfrey. Sin duda, dos hitos a celebrar que en nada lograron marearla ni apartarla de las cosas que valora en la vida. “Aprecio, por sobre todas las cosas, la honestidad, la perseverancia y la nobleza, tanto de espíritu como en las relaciones humanas”, confiesa.
Actualmente, Catalina dirige un equipo de 14 mujeres que trabajan desde Santiago, Miami, Chicago, Ciudad de México y Barcelona, donde está el laboratorio de fabricación. “Kumiko es mi sueño convertido en realidad y siempre digo que es como mi quinto hijo. Literalmente, nació en 2017, cuando logré crear las fórmulas que no podía encontrar todas juntas en una misma marca. Yo aspiraba a lograr resultados tangibles desde adentro hacia afuera y no descansé hasta que lo logramos”, explica, durante un alto en su agenda, siempre repleta de actividades.
Aunque admite que no fue un camino fácil, sus recuerdos son gratificantes. “Con mi marido y socio Nicolás Cuadrado levantamos el capital inicial con recursos propios y tocamos muchas puertas. Por supuesto, no todas se abrieron pero nunca bajamos los brazos, diría que todo empezó a fluir cuando ganamos el premio Go Global Corfo/ProChile y nos instalamos en sus oficinas en Miami. De ahí en adelante, el panorama se disipó y la marca se afianzó”, relata.
Pese al éxito, y como todas, Catalina ha debido enfrentar a lo largo de su historia una serie de obstáculos únicamente por ser mujer.” Nosotras sentimos el desbalance profesional y el hecho de que no somos reconocidas de igual a igual por algunos hombres. Por eso, es tan importante el empoderamiento femenino y potenciar nuestras cualidades y talentos al máximo. A mí me encanta promover el autocuidado, el amor propio, sentirse y verse bien porque creo que construir la belleza desde el interior es un estilo de vida que resalta la esencia individual”, manifiesta.
¿CÓMO SE GESTÓ LA INCORPORACIÓN DE RICKY MARTIN A LA COMPAÑÍA?
“El conoció las fórmulas Kumiko y se enamoró de la marca. ‘Esto es magia en una botella, me encantan tus cremas’, me dijo cuando me ubicó. Recuerdo que sus palabras fueron ‘No solo me gustaría ser rostro de la marca, yo quiero ser parte de la empresa, podemos ser socios’. Y aquí estamos… como ‘hermanos astrales ́, como él suele decir”.
Con total transparencia, cuenta que la relación con el artista “ha sido una experiencia enriquecedora”. “Nos queremos mucho, él es un súper brand partner, es adorable, muy cercano y preocupado de Kumiko. Está muy presente y le gusta estar al tanto de todas las novedades y procesos. ¡De verdad que agradezco que la vida nos haya puesto en el camino!”, asegura.
¿CUÁNDO MIRAS TU ASCENSO A LA ÉLITE DE LA COSMÉTICA MUNDIAL QUÉ SIENTES?
“Si algo he aprendido en los últimos años es que los sueños no tienen límites y son posibles de alcanzar cuando existe rigurosidad, pasión y el más profundo convencimiento en lo que haces. Hay que vivir con ética, yo no concibo el doble standard. Si voy a hacer algo, o lo hago lo mejor que pueda, o de lo contrario, no tiene sentido. Debemos tratar de aspirar siempre a la excelencia”.
A TU JUICIO, ¿CUÁLES SON LAS DEUDAS PENDIENTES QUE EXISTEN CON LAS MUJERES
EN CHILE?
“Las mujeres deben ser reconocidas en igualdad de derechos respecto de los hombres, con una legislación que las proteja integralmente. También, la educación de calidad para mí es un imperativo. Además de cosmetóloga y periodista, también soy profesora y siento que el acceso a la enseñanza universal y de calidad deben ser un objetivo primordial en nuestro país”.
Antes de despedirse para una reunión con su equipo de investigación, reflexiona: “Las mujeres somos multifacéticas, tenemos una habilidad sorprendente para hacer muchísimas cosas y hacerlas bien. Existe una gran cantidad con mucho que aportar y con cualidades que los hombres no tienen”.
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