Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Cultivando bienestar: cómo encontrar paz y propósito en tu vida viaria

POR: Romi Romero, Mentora en Bienestar Emocional y Espiritual.

En la vorágine de la vida actual, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Entre las obligaciones laborales, las responsabilidades familiares y las expectativas sociales, muchas veces nos sentimos desconectadas, como si estuviéramos viviendo en piloto automático. Pero ¿qué pasaría si te detuvieras un momento para reflexionar sobre quién eres realmente, más allá de lo que haces?

El bienestar emocional y espiritual no es un lujo, ni una moda pasajera; es una necesidad fundamental para llevar una vida plena y significativa. No se trata de escapar de los desafíos, sino de aprender a afrontarlos desde un lugar de paz interior y claridad.

Acompañando a las personas en diversas etapas de sus vidas, hay un factor que suele repetirse: creen que sus vidas tienen mayor relevancia solo por lo que hacen, tienen y cómo se ven frente a los demás. Sin embargo, cuando el exterior deja de llenarlas, comienzan a sentir un vacío interior. Este sentimiento, que muchos llamamos ‘crisis existencial’, puede manifestarse en distintas áreas de nuestras vidas.

Este sentimiento invita a cuestionamientos más profundos sobre nuestra existencia, permitiéndonos dar los pasos necesarios para descubrir nuestro verdadero ser. Una de las herramientas más útiles en este proceso es la meditación. Recuerdo que en 2008, cuando tomé mi primer curso, me costó muchísimo dejar de estar conectada solo con mis pensamientos. Me tomó casi dos años experimentar la ‘presencia’, es decir, estar realmente en el momento actual. Cultivar esta práctica, además de desarrollar disciplina y compromiso, me permitió tener mayor claridad y enfoque para tomar decisiones basadas en mis valores fundamentales.

La meditación nos guía de vuelta a nuestra esencia más auténtica. Al practicarla, no solo buscamos paz o relajación momentánea, sino que regresamos a ese refugio interior donde habita nuestra verdadera identidad. En el silencio que nos brinda la meditación, podemos observar nuestros pensamientos, emociones y deseos sin dejar que nos definan, y es en esa observación desapegada donde comienza una transformación profunda.

Cuando nos damos cuenta de que somos esa presencia consciente que está más allá de lo que sucede a nuestro alrededor, empezamos a entender que tenemos un poder inmenso para decidir cómo queremos vivir nuestras vidas. Ya no estamos a merced de las circunstancias o de los estados emocionales pasajeros; podemos tomar las riendas y crear una vida que refleje nuestra verdadera esencia.

La invitación es a que veas la responsabilidad como una oportunidad para elegir vivir de manera auténtica y en armonía con quien realmente eres. Piensa en esos momentos del día en los que te sientes abrumada por las tareas, las decisiones y las expectativas. En lugar de dejar que el estrés te domine, puedes hacer una pausa, respirar profundamente y reconectar con tu ser interior. La meditación, entonces, se convierte en más que una práctica aislada; es un estilo de vida que te acompaña en cada situación. Es ese breve momento de silencio antes de responder un mensaje urgente, la calma que eliges en medio del tráfico, o la gratitud que sientes al finalizar el día. Es un constante regreso a ti misma. Al hacerlo, comienzas a vivir desde un lugar de claridad y amor, tomando decisiones que reflejan lo que realmente valoras y quién eres en esencia.

Al final del día, lo que realmente buscamos no es más éxito, ni más reconocimiento, sino un sentido profundo de paz y pertenencia. Esa paz no se encuentra en lo que hacemos o logramos, sino en la conexión con nuestra verdadera naturaleza. La meditación es el camino que nos lleva de regreso a casa, a ese lugar donde somos libres de las expectativas externas y los miedos internos.

 

Sé el primero en comentar

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *