La boxeadora chilena peleó recientemente por el título mundial súper mosca de boxeo, aunque perdió contra la campeona vigente. Psicopedagoga de profesión y violinista desde su infancia, ella es sólo la segunda boxeadora profesional de la historia chilena, razón por la que alienta a las más jóvenes. “Hay que ir contra todo y contra todos”, dijo.
Ser mujer y boxeadora es una combinación que trae consigo muchos prejuicios y también obstáculos. Para Daniela Asenjo, la “Leona” de 31 años, no fue distinto. “La primera vez que llegué al boxeo tenía 15 años y me dijeron que no era un deporte para mujeres, que no entrenaban mujeres en el club donde llegué en ese entonces”, dijo en entrevista. Entonces comenzó a entrenar simplemente por deporte y para mantenerse saludable, pero el destino le tenía preparada otra cosa.
“Yo nunca pensé que iba a llegar a donde estoy ahora, siempre fue una apuesta. Alejandro, mi pareja y entrenador, fue la persona que confió en mí cuando nadie más lo hacía. Empezamos a demostrar que podía hacer esto de forma seria y que podía conseguir logros deportivos; y de no ser así, quizá hubiera ‘tirado la toalla’. Siempre fue mi apoyo, organizamos peleas, teníamos que montar el ring y las sillas, vender las entradas; no fue nada fácil, pero ha sido reconfortante porque hemos sido pacientes para hacer las cosas bien”.
La boxeadora nacional disputó este mes el título mundial súper mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), contra la campeona vigente, la mexicana Maribel Ramírez. Aunque Asenjo cree que ella ganó la pelea, los jueces dieron por vencedora a la mexicana. “Los jueces vieron otra cosa, mi carrera siempre ha sido así. Vamos a seguir trabajando”, dijo tras la pelea.
Su carrera, eso sí, partió en 2012. El boxeo femenino entonces vivía una realidad precaria en el país, aunque no ha cambiado tanto. Le costaba encontrar rivales e incluso aceptaba combates de kick boxing para mantenerse activa. En 2014 fue su primera gran pelea, cuando empató con la argentina Leonela Yudica, futura campeona mundial. En 2017 participó de un combate histórico: enfrentó a Isis Mascareña en la primera disputa de un título nacional femenino. Perdió, pero la valdiviana se quedó con buenas sensaciones.
La “leona” es además psicopedagoga de profesión y a los 7 años aprendió a tocar el violín, instrumento que la sigue hasta el día de hoy en sus tiempos libres. Durante la pandemia, sufrió por la falta de recursos e incluso tuvo que bajarse del ring y empezar a vender sándwiches de milanesa para sobrellevar la falta de ingresos del boxeo.
Daniela es sólo la segunda boxeadora profesional en la historia del boxeo chileno, junto con Carolina “Crespita” Rodríguez, por lo que hizo un llamado a que las niñas y adolescentes persigan sus sueños. “Jamás se den por vencidas, si algo realmente les mueve, que lo hagan y se entreguen por completo. Quizá habrá dificultades, pero si es lo que quieres para tu vida, hay que ir contra todo y contra todos. Al final, el universo de alguna forma se estabiliza para que las cosas pasen, pero hay que ser disciplinados y tener paciencia”, dijo.
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