POR: Patricia Cavalcanti, directora Digital Energy SAM en Schneider Electric.
Los cambios tecnológicos en los últimos años han avanzado a una velocidad exponencial, generando variabilidades transversales no solo en una dimensión socioeconómica y productiva, sino también a nivel cultural, reflejando el importante rol de la tecnología en el comportamiento en línea y el desarrollo de una educación digital inclusiva.
En este sentido, tanto la innovación como el cambio tecnológico son claves para promover la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres, niñas y adolescentes. Así lo declara ONU Mujeres a propósito del tema que conmemora el Día Internacional de la Mujer este 2023, una excelente oportunidad para relevar la importancia del acceso, uso y desarrollo de las tecnologías con perspectiva de género como parte de la necesidad de avanzar hacia un nuevo escenario más inclusivo y sostenible.
Estos elementos resultan imprescindibles para superar la desigualdad que enfrentan las mujeres hoy en día. No solo porque funciona como una fórmula para democratizar el conocimiento respecto a sus derechos fundamentales, sino también porque es un recurso sin precedentes para promover oportunidades de aprendizaje y desarrollo que continúen abriendo espacios para el empoderamiento y liderazgo de ellas.
A pesar de esta certeza, la brecha digital continúa siendo un gran desafío a nivel de gobernanza. Uno que contempla el acceso de las mujeres al intercambio de información, ideas y conocimientos, además del indiscutible aporte de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) a la educación, el empleo y la salud.
Particularmente en Schneider Electric, hemos impulsado fuertemente el rol femenino en una industria que históricamente ha sido liderada por hombres. A nivel local, hemos logrado mantener buenos resultados en igualdad de retribución y paridad salarial entre hombres y mujeres (88%), para reducir la brecha salarial a menos del 1% al 2025. En el caso de Chile, del total de 450 colaboradores, un 42% son mujeres y, del total de líderes, contamos con un 30% de mujeres en posiciones de liderazgo, cifra que esperamos continuar mejorando hasta alcanzar el equilibrio de género en todos los niveles de la empresa.
La tecnología no discrimina. Las habilidades necesarias para operar diversos dispositivos, softwares, programas e instrumentos pueden ser aprendidas de igual forma por ambos géneros, lo que marca un punto de inflexión respecto a las antiguas creencias sobre algunos trabajos que podían ser realizados exclusivamente por hombres. Es por esto que, con más urgencia que nunca, nos interpela la necesidad de ser un aporte en el desarrollo de acciones concretas, programas educativos y de liderazgo que generen la apertura de aquellos espacios que nos permitan poner fin a los estereotipos de género que limitan a las mujeres a participar en carreras STEM. Porque tenemos la certeza: necesitamos más mujeres líderes, más jóvenes estudiando ciencias e ingeniería y por, sobre todo, más oportunidades para aquellas niñas que marcarán la pauta del futuro.
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