Según un informe del Banco Mundial, el país podría generar hasta US$2.100 más por persona si las mujeres participaran en el mercado laboral en la misma medida que los hombres.
Según el primer diagnóstico de género realizado en Uruguay por el Banco Mundial, las brechas de género en la participación laboral de mujeres antes de la pandemia le estarían costando al país por lo menos un 13% de su PIB.
Los efectos de la pandemia en los índices de empleo en general han afectado económicamente al país. Esto se debe en gran parte a lo que se conoce como “doble turno” o “doble jornada” de trabajo remunerado y no remunerado que muchas veces asumen las mujeres en sus casas. De hecho, según el “Informe sobre la brecha de género a nivel global” de El Foro Económico Mundial, elaborado a un año del comienzo de la pandemia, las mujeres se han visto más impactadas por la crisis de Covid-19 que los hombres desde un punto de vista económico y laboral.
Actualmente, el Índice Global de Brecha de Género 2023, sostuvo que Uruguay posee una brecha de 71.4% entre mujeres y hombres. En concreto, este índice analiza las áreas de participación económica, acceso a educación, participación política y acceso a salud. Por lo mismo, el Ministerio de Desarrollo Social en conjunto con el Instituto Nacional de las Mujeres y el Consejo Nacional de Género, propusieron la “Estrategia Nacional para la Igualdad de Género 2030”. Esta medida pretende orientar, de aquí al mediano plazo, el accionar del Estado en materia de género para llegar al 2023 con logros tangibles. Esta estrategia se sustenta en un enfoque de derechos humanos y desarrollo sostenible, entendiendo a la igualdad de género como un componente intrínseco de las sociedades inclusivas y paritarias.
Uno de los grandes temas que se discute en torno a la paridad de género es el presupuesto que se le dedica a impulsar estas medidas. Según un informe de la CEPAL del 2023 titulado “El gasto público vinculado a la igualdad de género, los Pueblos Indígenas, las personas afrodescendientes y las personas con discapacidad” las asignaciones familiares equivalieron, para ese año, al 76,5% del total de erogaciones para la igualdad de género. Le siguen los recursos destinados a subsidios del BPS por maternidad, paternidad y cuidados que asisten económicamente a las trabajadoras durante las licencias anteriores y posteriores al parto, que corresponden al 15% del total de gasto con enfoque de género en el Uruguay.
Sin embargo, para acortar estas brechas, también es necesario que otros sectores de la sociedad, como las empresas, aporten con políticas de género que trabajen para minimizar la desigualdad que, al día de hoy, le sigue costando al país un porcentaje importante de su PIB.
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