La científica, Premio Nacional de Ciencias en 2019, expuso en el último Puerto de Ideas “La Revolución de lo Infinitamente Pequeño”, un reflejo de su trabajo de 30 años en la tecnología a pequeña escala.
Baterías de celular que se pueden cargar en un minuto, partículas casi invisibles que combaten el cáncer, un dispositivo para detectar anticipadamente un infarto cardíaco o lentes de contacto de realidad aumentada. Esos son algunos de los beneficios de la nanotecnología, una disciplina que ya es una revolución dentro de la industria tecnológica y que tiene a la Premio Nacional de Ciencias Dora Altbir como una de sus máximas exponentes en el país.
“A tamaños nanométricos, los materiales tienen un comportamiento diferente al que tienen los mismos materiales en tamaños mayores. Por ejemplo, el carbono, que rompemos fácilmente cuando queremos hacer un asado, a tamaño nanométrico puede ser hasta 300 veces más duro que el acero. Y esto significa que podríamos construir con él estructuras ultra resistentes e incluso fuselajes de aviones más resistentes y livianos, entre otras muchas cosas”, explicó Dora Altbir en su exposición en Puerto de Ideas, “La Revolución de lo Infinitamente Pequeño”.
Doctora en física, directora del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología (CEDENNA) desde su fundación y Premio Nacional de Ciencias Exactas 2019, Altbir es también miembro de Número de la Academia Chilena de las Ciencias y una de sus áreas de mayor interés con la nanotecnología es la lucha contra el cambio climático.
“La nanotecnología trae toda una revolución a nuestras vidas. Las tecnologías basadas en elementos a escala nanométrica son muchísimas, y en todas las áreas. Una de las más destacables, por la urgencia del problema que puede aportar a resolver, es el gran potencial que tiene la nanotecnología para aportar a frenar el calentamiento global, con sistemas de generación y almacenamiento de energías renovables, captación de gases invernadero, y muchas más. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con los alimentos frescos, cuya vida útil podemos alargar gracias al uso de envases con nanopartículas, así como usar menos fertilizantes y plaguicidas en los cultivos. Impactos similares hay en otras áreas, y por ello decimos que la nanotecnología trae toda una revolución a nuestras vidas”, dijo en entrevista luego de su presentación en el foro académico.
Para Dora Altabir, uno de los desafíos es incentivar la participación femenina. “Creo que es importante la incorporación de más mujeres. En el caso de CEDENNA, todos los años participan unos 160 estudiantes, de los cuales la mitad son mujeres, que se suman a unos 70 doctores, donde la participación femenina cae al 25%”, explicó.
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