POR: Michelle Adam, Meteoróloga
¿Te ha pasado que sales en la mañana con abrigo y en la tarde te quieres poner sandalias? ¿O que ya no sabes en qué momento exacto empieza la primavera porque un día llueve con frío y al siguiente estamos a 30 grados? No estás sola. Lo que muchas personas percibimos como un “clima loco”, en realidad es una señal clara del cambio climático en acción.
Antes, las estaciones eran más marcadas: el invierno traía lluvia, el otoño hojas secas, la primavera flores y el verano, sol y calor. Hoy, ese patrón parece desordenado. Y no es percepción, es una realidad confirmada por la ciencia.
Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el aumento sostenido de la temperatura global está alterando los ciclos estacionales en todo el planeta. Chile, por ejemplo, ha experimentado un alza promedio de 1ºC en los últimos 50 años, según datos de la Dirección Meteorológica de Chile. Y aunque parezca poco, ese grado cambia muchas cosas.
Estamos viendo primaveras más cortas, inviernos más secos y veranos más largos y extremos. Esto no solo complica qué ropa ponernos o cuándo programar las vacaciones: también afecta los cultivos, la disponibilidad de agua, nuestra salud y hasta el ánimo.
Un informe del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) muestra que las estaciones se están “adelantando o extendiendo”, especialmente la época de calor. Por eso vemos árboles florecer en pleno invierno o lluvias fuertes en meses que antes eran secos.
Y sí, esto también nos afecta emocionalmente. La incertidumbre, la sensación de que el clima es impredecible, genera ansiedad. Nos cuesta planificar, y eso agota. Pero entender lo que está pasando ayuda a no vivirlo con miedo, sino con conciencia.
Lo importante es saber que este “nuevo normal” llegó para quedarse, al menos mientras no logremos estabilizar las emisiones que lo están acelerando. Por eso es clave adaptarnos: cuidar más el agua, informarnos, protegernos del calor extremo y hacer pequeños cambios en casa que sí suman.
Yo, que hablo del clima todos los días, lo veo clarito: ya no se trata solo de saber si va a llover mañana, sino de entender cómo nuestras decisiones diarias pueden hacer la diferencia en un planeta que ya nos está pidiendo ayuda.
Así que la próxima vez que digas “el clima está raro”, recuerda: no es locura, es consecuencia. Pero también es una invitación a vivir de manera más consciente.