Emilia Vergara es la cofundadora y directora ejecutiva de la ONG Niñas Valientes, que busca, mediante talleres y charlas, visibilizar la importancia de una educación con perspectiva de género y libre de violencia machista.
Todo partió en el colegio, cuando Emilia, fanática del fútbol y de la Universidad Católica, no podía practicarlo en los recreos “sólo por ser mujer”. Proveniente de un colegio jesuita de Las Condes, Emilia escuchó gran parte de su infancia que “las niñas no gritan”, “las niñas no juegan a la pelota” o “las niñitas no usan ese vocabulario”, además de recibir una educación machista, sin perspectiva de género y que ocultaba detrás una violencia en contra de las mujeres.
Al terminar su carrera de Ingeniería Comercial en 2018, no se imaginaba desarrollándose en nada que no estuviera relacionado con temas de género. Y fue en una fiesta, cuando la psicóloga Nerea de Ugarte le preguntó a Elisa: “¿Cuál dirías que es tu lucha?” A lo que ella contestó: “mi lucha es romper con los micro machismos, las formas cotidianas en la que estos se manifiestan y que vivimos a diario”. Así, se hicieron amigas de inmediato, comenzaron a trabajar juntas y crearon Niñas Valientes.
La ONG Niñas Valientes busca visibilizar la importancia de una educación abierta, donde las niñas puedan decidir con libertad quién quieren ser, sin patrones ni roles de género impuestos. La fundación es sin fines de lucro y a través de talleres y charlas en los colegios, busca el fortalecimiento del autoestima de las alumnas, además de desarrollar el pensamiento crítico, un mensaje que ha logrado transmitir a más de 7.000 niñas y mujeres alrededor de Chile.
“Entender la necesidad de una educación no sexista, es entender que estamos avanzando en prevención de violencia de género. Esto no es lavarle el cerebro a nadie, no es incorporar doctrinas, sino que es jugársela por prevenir y asegurar una vida libre de violencia a las niñas. Debiese ser algo que tiene que estar en la agenda pública, pero al día de hoy sigue siendo una deuda histórica”, dijo en conferencia.
Según un estudio realizado por Dove y Adimark, casi el 40% de las niñas entre 10 y 16 años en Chile ha dejado de hacer alguna actividad que le gusta o en la que es buena, por la inseguridad asociada a su apariencia física. Este es uno de los aspectos centrales de la fundación, al empoderar a las niñas a que no se resten de cosas que les gustan.
“No podemos poner la apariencia física en el centro, como pasa con las mujeres, hay una excesiva validación a través del físico. Hay que fomentarle a las alumnas que se involucren en actividades independiente de su cuerpo. Por ejemplo, que hagan el deporte que quieren hacer, que no se resten de natación porque creen que no tienen el cuerpo para eso o porque les da vergüenza el traje de baño. Ningún espacio debería ser excluyente para ninguna niña ni ninguna mujer”, asegura.
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