El riesgo de ser lapidadas en las calles, regresó. La ley islámica que promueven los talibanes, se ensaña contra la mujer, restringiendo todas sus libertades y derechos.
La toma de Kabul por parte de tropas talibanas supone para las mujeres el regreso de una pesadilla que creían haber superado.“Estoy sentada aquí esperando que vengan, no hay nadie que me ayude a mí ni a mi familia. Vendrán por gente como yo y me matarán. No puedo dejar a mi familia, pero, de todos modos, ¿dónde podría ir?”. El testimonio corresponde a Zarifa Ghafari, la alcaldesa más joven de Afganistán, de 29 años y reconocida activista por los derechos de la mujer en ese país. Sus palabras están llenas de desolación. Y reflejan la mezcla de incertidumbre y pánico que recorre las calles de la icónica capital de Medio Oriente.
La llegada de los talibanes a Kabul fue la llegada del peligro para todas las mujeres y un triste retroceso que fulmina las esperanzas que se abrieron con la llegada de una nueva generación de mujeres que incluso ocupó cargos públicos. Con la retirada de los talibanes durante un par de décadas, el universo femenino vivió tiempos de revindicaciones que en parecen haber llegado a su fin.
La ley islámica que promueve el grupo fundamentalista talibán se ensaña contra la mujer. La mayoría tiene prohibido estudiar o trabajar y se les obliga a usar un traje que cubra todo su cuerpo en público, que solo tiene rejillas para ver. Las niñas pueden ir a la escuela hasta los 10 años, porque más que eso está prohibido. Si la mujer se para cerca de su novio será castigada con hasta 23 latigazos; si un hombre decide casarse, se casa, lo quiera o no la mujer y aunque ella sea o no sea mayor de edad; la mujer tiene prohibido gastar la plata de su marido; no pueden mostrar sus tobillos ni reír en público, mostrar su pelo o pintarse las uñas.
“Ya han anunciado que las mujeres mayores de 15 años deben casarse. No quieren que seamos independientes, nos van a matar si salimos solas a la calle o van a tirarnos ácido en la cara”, denunció a EFE una estudiante que se identificó como Khadija. “Queremos abandonar Afganistán, pero no podemos. Esto es horrible”. Las mujeres que más corren peligro son las activistas por los derechos de la mujeres. Humira Saqib, conocida periodista y activista ha dicho que “los talibanes han empezado a ir casa por casa buscando a las mujeres activistas, estamos atrapadas, nos escondemos en casas de amigos o familiares y no podemos salir a la calle por el riesgo que corremos”.
Las voces y muestras de solidaridad se han replicado en todos los rincones del mundo. La activista pakistaní y Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai escribió a través de su cuenta de Twitter lo siguiente: “Observamos completamente conmocionados cómo los talibanes toman el control de Afganistán. Estoy profundamente preocupada por las mujeres, las minorías y los defensores de los derechos humanos. Los poderes globales, regionales y locales deben pedir un alto el fuego inmediato, proporcionar ayuda humanitaria urgente y proteger a los refugiados y civiles”, escribió, quien a los 15 años recibió varios disparos en su rostro y cuello solamente por dirigirse a estudiar.
La corresponsal de CNN Clarissa Ward es una de las pocas mujeres que decidió quedarse en la capital afgana. “Nuestros colegas afganos están absolutamente petrificados, especialmente las mujeres periodistas. Hay muchos de ellos en todo el país y han estado haciendo reportajes audaces e increíbles durante muchos años. Y ahora existe un temor muy real de que puedan enfrentar represalias por eso. No podrán seguir con su trabajo”, contó.
La escalada de los talibanes se produjo luego de que Estados Unidos decidiera, en mayo pasado, retirar todas las tropas que aún quedaban en el país, tras más de 20 años de ocupación que se inició luego del atentado a las Torres Gemelas. Así, los talibanes encontraron muy poca resistencia para volver a la capital Kabul y establecer lo que la ONU Mujeres calificó como un “apartheid de género”. El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, salió al paso de los cuestionamientos y dijo: “Es cierto que la situación escaló más rápido de lo que previmos, pero no seguiremos mandando a jóvenes norteamericanos a morir en una guerra interminable”.
Cientistas políticos temen que estos acontecimientos signifiquen el inicio de la resurrección de los grupos más radicales y el yihadismo. Hace un tiempo, las Naciones Unidas ya había calificado la situación de las mujeres en Afganistán como “una de las peores del mundo”. Por eso, apenas el grupo radical se tomó el poder, las redes internacionales reaccionaron. Un grupo de juezas exigió un corredor humanitario para salvar a las magistradas afganas y en forma unánime, las organizaciones internacionales se alinearon al exigir el respeto a los derechos de las mujeres de Afganistán.
Que bonito este diario , gracias por tenernos en cuenta , me gustó mucho saludos
Muchas gracias por presentar esta noticia de un modo desapasionado, informado y claro. Salir del sensacionalismo de otros medios para encontrar un artículo que ayude a comprender y a dimensionar es de agradecer.