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El poder de la música en la menopausia

Un nuevo estudio publicado en la revista de la Sociedad Estadounidense de Menopausia arrojó nuevas luces sobre el período de menopausia en las mujeres, ese momento que marca el final de la vida reproductiva de ellas, cuando están entre los 40 y 50 años. Esta etapa viene con variaciones hormonales que se traducen en consecuencias físicas y emocionales que pueden afectar la calidad de vida femenina. 

Bochornos, sudoraciones nocturnas y trastornos de ánimo pueden ser síntomas frecuentes frente a lo que la música puede ser una opción terapéutica no farmacológica, muy sencilla y efectiva. Así por lo menos lo estableció un estudio publicado en la revista de la Sociedad Estadounidense de Menopausia (NAMS), donde se evaluó la musicoterapia en un grupo de 48 mujeres posmenopáusicas con diferentes síntomas: a 21 de ellas se les recomendó escuchar música, preferentemente clásica, en 18 sesiones a lo largo de seis semanas. Al cabo de ese tiempo, observaron que escuchar música disminuyó los síntomas depresivos (medidos a través de una escala clínica), además de reducir significativamente otros síntomas de la menopausia. 

“Este pequeño estudio destaca el posible efecto beneficioso de un sistema fácil de implementar, de bajo costo y poco riesgo como la musicoterapia para los síntomas de la menopausia, en particular los síntomas del estado de ánimo”, dijo Stephanie Faubion, directora médica de NAMS. “Aunque se necesita investigación adicional para confirmar estos hallazgos en poblaciones de estudios más grandes, hay pocos inconvenientes de agregar musicoterapia a nuestro arsenal para el manejo de los síntomas de la menopausia”, agrega. 

Aunque para la investigación se utilizó música clásica, cualquier melodía o canción que genere bienestar en la persona tendría un resultado positivo en su estado de ánimo y en aliviar la sintomatología asociada a la etapa, que se considera amplia y variada. “Hay más de 200 síntomas descritos. Su intensidad varía de una mujer a otra y la mayoría de las veces son transitorios, pero pueden afectar la calidad de vida. Lo más frecuente son bochornos, sudoraciones nocturnas y palpitaciones, así como cambios de ánimo, dolor articular y disfunción sexual”, completa Faubion.

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