El poder de la pausa: Cómo reconectar con tu esencia en momentos de caos

POR: Romi Romero, mentora en bienestar emocional y espiritual.

En estas últimas semanas he escuchado a muchas personas decir frases como “no paro de correr”, “ando full”, o “siento que no tengo tiempo ni para respirar”. Vivimos en una cultura que valora la rapidez, el hacer y el cumplir, pero en esa velocidad perdemos el contacto con nuestra esencia. ¿Qué sucede cuando nos desconectamos tanto que ya ni siquiera sabemos lo que realmente sentimos o queremos?

El estrés nos empuja a vivir en piloto automático, a cumplir con listas interminables de tareas, y en medio de esta prisa, olvidamos lo más importante: nuestra esencia. Esa parte de nosotras que no está definida por lo que hacemos, sino por lo que somos en lo profundo. La clave para reconectar con esa esencia en momentos de caos es detenernos, aunque sea por un instante. ¿Cómo puedes volver a ti misma cuando todo a tu alrededor exige rapidez?

Un pequeño ejercicio es el de la “pausa consciente”. Al terminar una reunión o entre una actividad y otra, simplemente cierra los ojos, respira profundo y pregúntate: “¿Cómo me siento ahora?”. Este acto tan simple te trae de vuelta al presente y te recuerda que no eres tus pendientes ni tus preocupaciones.

Algunas de mis clientas han comenzado a implementar pequeños momentos de desconexión para nutrir su ritual de autocuidado. Para ellas se ha convertido en una base sólida, que no sólo las fortalece internamente, sino que además las sostiene frente a lo que la vida les depare. Una caminata por el parque, un baño relajante o cinco minutos de meditación diaria han sido suficientes para empezar a notar una diferencia. Estos momentos no son “pausas improductivas”; al contrario, son espacios donde volvemos a conectarnos con nosotras mismas, con lo que realmente sentimos y deseamos. Ahí es donde el estrés comienza a disolverse, y la claridad sobre quiénes somos emerge de nuevo.

Recuerda que, más allá de las prisas y responsabilidades, tu verdadero poder radica en la capacidad de elegir cómo quieres vivir y sentir. Y esa elección empieza cuando te detienes a escuchar lo que realmente te dice tu corazón.