En Sharm el-Sheij, actual sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), la presencia de los jóvenes ha sido central en las discusiones en torno a la acción climática global. “Nos están robando nuestro futuro y esto es una injusticia”, afirmó un joven activista africano durante las protestas que se desarrollaron la semana pasada en el Centro Internacional de Conferencias Tonino Lamborghini de la localidad egipcia.
El pasado 10 de noviembre, el llamado de los jóvenes fue más que claro. Son los países que menos contribuyen al cambio climático los que más impactos están sufriendo, como el aumento del nivel del mar y la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos. “Hay catástrofes climáticas y destrucción, y mi país acaba pidiendo prestado dinero al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial para hacer frente a las repercusiones… Nuestros países no pueden desarrollarse por los costes de la crisis climática”, afirmó el joven activista africano en medio de las protestas.
Las peticiones de los jóvenes durante la cumbre remiten a las responsabilidades que tienen los países ricos para apoyar a las naciones más afectadas a limitar los impactos irreversibles provocados contra el medio ambiente, pues son principalmente las naciones africanas y países como Pakistán y Bangladesh, tal como ha asegurado la misma ONU, los que se ven obligados a pagar costos muy elevados para recuperarse de la crisis climática. Para los jóvenes, es hora de que los contaminadores de las grandes industrias comiencen a pagar su deuda ecológica.
Por otra parte, la misma ausencia de grandes activistas climáticos ha marcado la atención mediática en torno a la COP27. La activista sueca Greta Thunberg, cuya asistencia y rol fue central en las conferencias por el clima de los últimos años, decidió no estar presente para la Cumbre del Clima COP27, argumentando que el encuentro se trata de una estrategia de greenwashing que no aborda las problemáticas reales en torno al cambio climático. Por otro lado, la activista señaló que la ciudad escogida ha sido un desacierto: “es un paraíso turístico en un país que viola muchos de los derechos humanos básicos”, aseguró Thunberg.
El mismo día de las protestas, cientos de jóvenes activistas medioambientales se reunieron en el pabellón ‘Infancia y Juventud’ para abordar sus preocupaciones sobre el cambio climático y el futuro del planeta. En el encuentro participaron jóvenes como Javier Vera, activista colombiano de 13 años, y la india Licypriya Kanguja, una de las activistas por el clima más jóvenes a nivel mundial, que comenzó a la edad de 7 cuando participó en la conferencia de desastres naturales organizada por la ONU en Mongolia. La joven, creadora de la organización The Child Movement, con la que busca movilizar a los países para que actúen por la justicia climática, afirmó durante la instancia, “sacrificar la vida de millones de niños por los fracasos de nuestros líderes es inaceptable; en lugar de gastar billones de dólares en guerras, deben de invertirlos en acabar con la pobreza, en educación y en la lucha climática, así el mundo sería un lugar muy diferente.”
Para ‘Infancia y Juventud’, el presidente de la COP27, Sameh Shukri, designó a Omnia el Omrani como la primera enviada para la juventud del evento, quien señaló que son niños y jóvenes los que está recibiendo los impactos más fuertes del cambio climático. Por lo tanto, actuar por ellos y ellas se vuelve uno de los objetivos climáticos centrales para los años venideros.
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