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Gabriela Salvador: “Liderar con ética no es ingenuo, es revolucionario”

Gabriela Salvador se ha consolidado como una de las figuras más influyentes en el mundo empresarial y financiero chileno. Ingeniera comercial de la Universidad de Chile y miembro del Círculo de Honor de la Facultad de Economía y Negocios (FEN), su trayectoria supera las tres décadas en la industria financiera, liderando más de 26 gerencias. 

Actualmente, se desempeña como Directora Ejecutiva de Vantrust Capital y es cofundadora de ChileConverge, plataforma que ha apoyado a más de 100.000 mipymes. Su influencia también se extiende a distintos espacios de liderazgo ético y emprendimiento social: es directora de Inversión de Impacto en GSG (Global Steering Group), directora de la Asociación de Ética Empresarial y Organizacional de Chile, mentora en Fundación Chile y embajadora de Mentes Expertas, entre otros cargos destacados.

Gabriela Salvador es columnista de inversiones en La Segunda y colaboradora en El Líbero. Ha sido reconocida entre las 100 Mujeres Líderes de Chile por El Mercurio y recientemente seleccionada entre las 30 mujeres ejecutivas más influyentes de LinkedIn en el país. Para Salvador, LinkedIn no solo funciona como una plataforma para visibilizar trayectorias profesionales, sino también como un espacio para impulsar nuevas conversaciones sobre liderazgo, ética y equidad.

En abril pasado, Gabriela organizó en su casa un encuentro con parte de las líderes reconocidas en este ranking, reafirmando su convicción de que el futuro del liderazgo pasa necesariamente por la colaboración femenina. “El mundo profesional está cambiando, y las mujeres estamos ocupando los espacios que nos corresponden con autenticidad y fuerza”, subrayó durante la jornada, que reunió a ejecutivas como Amparo Cornejo, Macarena Salosny y Alejandra Mustakis.

En esta entrevista, Gabriela Salvador reflexiona sobre su rol como lideresa en LinkedIn, el impacto de las redes sociales en la visibilidad femenina y los desafíos culturales que aún persisten.

¿Qué significa para ti ser una mujer líder en LinkedIn?
Ser reconocida como una de las ejecutivas más influyentes en LinkedIn es una enorme responsabilidad y también un reconocimiento al poder de la coherencia. LinkedIn es un espacio donde las ideas pesan más que los cargos y donde el contenido puede amplificar causas que históricamente han estado en la sombra. Para mí, significa tener una voz activa y una oportunidad concreta de influir en las narrativas sobre liderazgo, ética empresarial, equidad, finanzas, inversión de impacto, familias empresarias y desigualdad.

¿Cómo crees que LinkedIn ha contribuido a visibilizar voces femeninas en espacios históricamente dominados por hombres?
LinkedIn ha democratizado la influencia. Hoy, una mujer joven que está comenzando su carrera puede construir una comunidad interesada en su visión. Nos permite salir del anonimato profesional y posicionarnos con contenido, experiencia y propósito. También nos abre redes más allá de los círculos tradicionales, llegando a industrias donde queremos incidir. Hay muchas mujeres con formación, trayectoria y liderazgo potente, y LinkedIn nos permite mostrarlas.

¿Qué tipo de liderazgo sientes que se está gestando en este espacio digital, especialmente entre mujeres ejecutivas y emprendedoras?
Un liderazgo más colaborativo, vulnerable y transformador. Las mujeres en LinkedIn no temen hablar de sus errores ni de los aprendizajes. Se trata de un liderazgo menos vertical, más comunitario, donde el éxito también se mide por cuántas otras mujeres puedes llevar contigo en el camino.

¿Qué importancia le das a la coherencia entre lo que se publica en redes y lo que se practica en el mundo profesional?
Total. No hay nada más desgastante que construir un personaje digital que no se sostiene en la vida real. La ética no es solo un valor corporativo, es una práctica diaria. Lo que publicamos en redes es una extensión de nuestras decisiones y relaciones profesionales. Y eso se nota.

Organizaste en tu casa un encuentro entre mujeres reconocidas en este ranking. ¿Qué te motivó a generar ese espacio y qué aprendizajes dejó?
Quería que nos conociéramos más allá del algoritmo. Me parecía importante que ese reconocimiento se convirtiera en comunidad, no en competencia. Nos dimos cuenta de que compartimos desafíos similares: la autoexigencia, el miedo al juicio, la necesidad de espacios seguros donde conversar sobre liderazgo sin tener que justificarnos. Fue muy emocionante ver cómo muchas se fueron con ideas concretas de colaboración.

¿Qué tipo de redes de colaboración femenina crees que son más necesarias hoy en el ecosistema de negocios?
Redes que no solo inspiren, sino que abran puertas reales: recomendaciones, mentorías, alianzas estratégicas, inversiones conjuntas, acceso a industrias clave. Necesitamos pasar de los paneles inspiradores a la toma de decisiones en directorios.

¿Qué cambios culturales y estructurales crees que todavía son necesarios para que las mujeres puedan liderar en igualdad de condiciones?
Primero, preparar y motivar a más mujeres para que participen en industrias estratégicas. Para eso, la corresponsabilidad es clave: no podemos hablar de igualdad en cargos si no hablamos de igualdad en el hogar. Además, los cargos deben diseñarse pensando en hombres y mujeres, y debemos dejar de ver la maternidad como un riesgo para empezar a verla como una oportunidad de liderazgo empático y resiliente.

¿Cuál es el legado que te gustaría construir a través de tu liderazgo y tu presencia en espacios como LinkedIn?
Quiero que otras mujeres se sientan autorizadas a mostrarse como son, sin pedir permiso ni disfrazar su ambición. Mi legado sería contribuir a una generación de líderes que entiendan que visibilizarse no es ego, es estrategia; que liderar con ética no es ingenuo, es revolucionario; y que abrir camino para otras no es un favor, es una forma de justicia.