“El próximo Albert Einstein o la próxima Marie Curie perfectamente puede venir de América Latina y porqué no de Chile”, plantea la bioquímica en poco menos de una década ha desarrollado una cruzada incansable por democratizar la ciencia y a promover la creatividad entre los nativos digitales.
“Con un mejor entendimiento del mundo, uno puede convertirse en un mejor ciudadano”. Esas palabras han sido desde pequeña una fuente de inspiración para Komal Dadliani, bioquíomica y creadora de LAb4U, aplicación que convertía a los teléfonos inteligentes crea verdaderos laboratorios portátiles, permitiendo a los alumnos hacer experimentos. Ese fue el punto de partida que al tiempo le significó ganar el Cartier Initiative Awards 2015, uno de los muchos reconocimientos que han destacado su espíritu innovador.
Hija de inmigrantes indios, su nombre significa “ternura y sensibilidad”, pero lo que la define es la determinación de tigre de bengala de sus antepasados. Ninguno de los obstáculos que tuvo en el camino pudo alejarla de su objetivo. Hoy, la empresa que creó junto a Alvaro Peralta, trabaja con colegios de más de 20 países, como Chile, Estados Unidos, México y Abu Dhabi, impactando a más de cien mil estudiantes y veinte mil profesores.
Desde que comenzó la pandemia, Lab4U creció más de un 200 por ciento, un panorama muy distinto al de tiempos pasados. “Antes a nadie le interesaba invertir en una empresa tecnológica enfocada a la educación desde prekínder a cuarto medio. Al principió nos tocó mucho entrar al sistema educacional. Nosotros queríamos promover la creatividad en los estudiantes, que además son nativos digitales. Queríamos revertir la falta de laboratorios científicos que son la clave para aprender ciencia”, rememora, con una mezcla de orgullo y satisfacción.
LAB4U también ha capturado el interés de empresas que buscan apostar por la educación científica de niños, niñas y jóvenes en las comunidades donde impactan. En la ciudad mexicana de Querétaro, trabajan con Boeing en una serie de experimentos relacionados con la aeronáutica. En el norte de Chile, están desarrollando, junto a SQM y Fundación Minera Escondida, una serie de programas para el uso de laboratoratorios.
Más de una vez le tocó presenciar actos de discminación contra las mujeres, pero eso nunca la detuvo. “Sabemos que la industria de la ciencia y de la tecnología está liderada por hombres, hay que estar consciente de las diferencias para poder hacer algo al respecto. Es trascendental que la igualdad de género vaya acompañada de mujeres que emprendan y sean líderes. Yo creo en el liderazgo”, afirma.
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