Pulsa «Intro» para saltar al contenido

La fuerza que toma la cosmetología sostenible

De acuerdo con el Fondo para la Sustitución de Animales en Experimentos Médicos (FRAME), cada vez más consumidores optan por marcas cruelty free, con estudios que indican que más del 80% de los usuarios no comprarían un producto si supieran que ha sido testeado en animales. Esta tendencia en aumento no ha pasado desapercibida para las marcas. Por el contrario, cada vez más franquicias y líneas de cuidado de la piel y belleza se suman a la cruzada por una cosmetología activista, elaborando productos libres de crueldad animal y amigables con el medioambiente.

El año pasado, The Body Shop, cadena internacional de productos de cuidado personal y cosmética fundada en 1976 por la activista medioambiental Anita Roddick en el Reino Unido, se convirtió en la primera marca de belleza global en ser certificada como 100% vegana por The Vegan Society. Esto significa que todos sus productos han sido verificados como libres de ingredientes de origen animal y que en ninguna parte de su cadena de producción se utilizan derivados de animales. Este hecho refuerza el compromiso original de Anita Roddick: crear una marca sostenible, ética y defensora de causas ambientales y sociales.

Al igual que The Body Shop, otras marcas como Natura, Avon, 3INA, Asia Skincare, Biotherapy, Blush Bar y Catrice Cosmetics están certificadas como libres de crueldad animal, según el registro de la Fundación Te Protejo, una organización sin fines de lucro que promueve el uso de productos de cuidado personal y aseo no testeados en animales. Algunas de estas marcas también cuentan con el reconocimiento de organismos internacionales, como Leaping Bunny y Cruelty Free International.

El creciente número de marcas que certifican su compromiso de no realizar pruebas en animales responde no solo a principios éticos y a la disponibilidad de nuevas tecnologías que permiten métodos de producción alternativos, sino también a la creciente demanda de los consumidores en todo el mundo. De acuerdo con los estudios de FRAME, el 84% de los encuestados indica que no comprarían un producto cosmético si supieran que ha sido probado en animales, o si alguno de sus ingredientes ha sido sometido a experimentación animal.

“La preferencia por productos libres de crueldad animal refleja un cambio significativo en la conciencia de los consumidores”, afirma Elisa Grube, Gerente de Marketing de The Body Shop Chile. Según Grube, esta demanda es lo que impulsa a las marcas a migrar hacia sistemas de producción más sostenibles. “En términos económicos, que los consumidores impulsen la demanda de productos éticos fuerza a la industria a adaptarse y cambiar hacia una forma de trabajo que creemos es mucho más ética y responsable. Que la industria cambie es algo que deseamos y hemos impulsado desde nuestros inicios, y ver que se cumpla a través de la fuerza conjunta de las personas es alentador”, agrega.

En línea con las tendencias de consumo, las cadenas de tiendas que ofrecen productos de belleza, cuidado personal y cosmética están incorporando cada vez más opciones libres de crueldad animal. Un ejemplo en América Latina es DBS Beauty Store, fundada por la emprendedora chilena Dominique Rosenberg, que cuenta con más de 70 tiendas distribuidas en diversas partes de Chile. Según el ranking de puntos de venta ‘Cruelty Free’ realizado por la ONG Te Protejo, la cadena DBS ocupa el segundo lugar en la venta de marcas libres de crueldad animal, seguida de Preunic, con un total de 42 marcas.

Para Dominique Rosenberg, fundadora de DBS Beauty Store, ofrecer una diversidad de marcas cruelty free se ha convertido en una exigencia ética, respaldada por movimientos internacionales que abogan por el bienestar animal y la sostenibilidad. “Cada vez existen más regulaciones gubernamentales y exigencias internacionales que obligan a las marcas de distintos rubros a ser más sostenibles y responsables con el medio ambiente. Hoy, la responsabilidad recae tanto en las empresas que fabrican productos como en los consumidores, lo que hace que sea casi imposible producir cosméticos que no sean, al menos, un poco más amigables con el medio ambiente o con los animales”, señala.

En línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, especialmente el ODS número 13: Acción por el Clima, y ante la creciente presión de activistas y movimientos medioambientales internacionales que abogan por un comercio consciente y respetuoso con el planeta, las marcas de belleza en todo el mundo ya no pueden permitirse quedarse atrás. Este cambio no solo responde a una necesidad ética, sino también a una demanda creciente por parte de consumidores con una renovada conciencia ambiental, quienes buscan productos que reflejen sus valores y contribuyan a un futuro sostenible.

“Cada vez más países están prohibiendo las pruebas en animales para cosméticos. Israel lo hizo en 2010; India en 2013; Taiwán en 2016; y Turquía en 2017. Corea del Sur estableció una prohibición parcial en 2018 y total en 2021. Esto demuestra que el cambio no depende solo de los consumidores o las empresas, sino que está ocurriendo en múltiples niveles. Por lo tanto, es probable que en el futuro no exista el testeo en animales. Aún falta para llegar a ese punto, pero estamos avanzando”, cierra Dominique.

Por su parte, en The Body Shop, que cuenta con 26 tiendas en Chile y más de 3000 tiendas en más de 69 países a nivel mundial, su Gerente de Marketing en Chile, Elisa Grube, concluye: “Hemos demostrado que la industria de la belleza puede ser más que una simple transacción comercial. Al vincular la belleza con causas sociales importantes, como el bienestar animal, hemos demostrado que la verdadera belleza radica en la compasión, en el respeto por los seres vivos y la búsqueda de un mundo más justo y sostenible”.

 

Sé el primero en comentar

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *