Por Jimena Valverde, directora de Relaciones Gubernamentales de Autlán y presidenta de la Comisión Jurídica en la Cámara Minera de México.
Mi travesía en la industria de la extracción ha sido un acto por la transformación de fuerzas gravitacionales de la tradición y también ha dejado algunos testimonios para superar las barreras psicológicas que nos impusieron a las mujeres por muchos años.
La clave ha sido desafiar la imposición, cuestionar que ciertos roles están fuera del alcance de las mujeres y luchar contra los estigmas que rodean a la sociedad en este sector. La equidad es una batalla que también implica combatir prejuicios de género.
Desde las cámaras, como Camimex y Canacero, uno de los frentes es lograr la equidad de género en el sector. Durante este periodo, hemos pasado del 15% al 17% en la representación de mujeres en distintos puestos y la participación femenina en ambas organizaciones ya se empieza a notar en los comités y puestos de dirección.
Junto a mí, otras mujeres como Karen Flores, directora de Camimex; Ana González, quien fue pionera en el sector desde distintas posiciones, o Elsa Saucedo en sustentabilidad, hemos ido demostrando que los retos de esta y de cualquier industria se pueden superar desde una perspectiva femenina decidida y comprometida.
También, ha sido crucial que los tomadores de decisión colaboren con las mujeres para eliminar barreras, promoviendo iniciativas y alianzas que fomenten la equidad de género y reconociendo los logros de todas las personas en la industria.
Por nuestra cuenta, a las mujeres nos toca seguir capacitándonos, arriesgarnos y ser resilientes para que todas tengan las mismas oportunidades.
Si bien en minería moderna, el uso de la fuerza física del personal operativo es un tema superado, aún tenemos el reto de invertir más en infraestructura y servicios específicos para que más mujeres puedan desarrollar sus habilidades.
Antes de ingresar al sector minero, un momento decisivo que me permitió replantear mi rol como profesionista fue mi maternidad. Tenía la expectativa tradicional de que, como futura madre, debería considerar abandonar mi trabajo. Afortunadamente, elegí organizar mi profesión según mis nuevos términos y condiciones.
Este episodio marcó el comienzo de una revolución interna y una demostración tangible de que es posible desafiar las expectativas de género; esa capacidad fue muy útil para abrirme paso en una industria dominada por hombres.
Creatividad y Resiliencia, claves para el éxito
La resiliencia no se trata de resistir, sino aprender a crear a partir de nuestras experiencias. La creatividad es la chispa que enciende la innovación, y cada vez más personas en la industria extractiva están en este camino.
La participación activa de la sociedad en su conjunto: gobierno, empresarios, colegas, y familias en empresas como Autlán no solo es una prueba de la visión progresista, sino también un testimonio de que la inclusión de género es una estrategia inteligente.
Desde Autlán, José Antonio Rivero ha sido un visionario de que no solo se trata de abrir las puertas para las mujeres, hay que ser proactivos en la generación de entornos incluyentes para lograr el verdadero desarrollo de las industrias nacionales.
La minería del futuro será inclusiva y diversa, liderada por personas fuertes y determinadas que han dejado su huella en una industria que evoluciona hacia la igualdad para todos. ¡Es hora de una revolución que nos beneficie a todos por igual!
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