En tiempos de inmediatez, saber esperar se ha vuelto una práctica cada vez más inusual. Sin embargo, hoy más que nunca, cuando la pandemia de salud mental nos tiene sumergidos en un clima de máxima irritabilidad, es indispensable aprender a detenerse y desarrollar la empatía. El programa Aprender en Familia de la Fundación CAP apunta en ese sentido.
Más allá de sus enormes ventajas para el desarrollo de la sociedad, el avance de la tecnología ha sido clave para alimentar la falsa necesidad de la inmediatez. En este contexto, la espera es, a todas luces, algo que se pretende evitar, reducir y, en muchos casos, eliminar por completo.
Estamos dominadas y dominados, especialmente después de las restricciones de la emergencia sanitaria del covid19, en la satisfacción de los deseos de forma casi automática. De hecho, los sicólogos se refieren a este fenómeno como una nueva droga sin nombre que a nivel cerebral funciona mediante dos mecanismos: por una parte, proporciona placer y refuerza los circuitos de recompensa y por otra, impulsa mecanismos para evitar el dolor, como sucede cuando algo nos molesta y modificamos nuestra postura. En todo este proceso, el cuerpo que debe estar en alerta constante, inevitablemente se desgasta.
Para enfrentar esta problemática que no todos identifican como tal, la Fundación CAP implementó el programa Aprender en Familia , donde entrega una serie de herramientas que buscan generar espacios de autocuidado que nos permitan cultivar la calma y mantener una actitud positiva y tranquila ante las situaciones cotidianas difíciles. Esta iniciativa tiene un énfasis especial en los grandes desafíos de la crianza, ya que los niños y niñas aprenden mediante el ejemplo e imitan las conductas que ven en sus adultos significativos.
Algunas recomendaciones de esta iniciativa para cultivar la paciencia :
– Cuidarse y generar momentos de bienestar y calma; resguardar, dentro de lo posible, espacios personales que permitan descansar un poco de las exigencias cotidianas, disfrutar actividades recreativas que sean del agrado de cada uno.
– Identificar las redes de apoyo (familia, vecinos, amigos/as, etc.) y las posibilidades de pedir ayuda cuando sea necesario.
– Reflexionar sobre las reacciones que se pueden tener frente a situaciones que hacen perder la paciencia rápidamente. A veces no se logran manejar las emociones adecuadamente y esto es normal y posible. Es importante que sepan cómo retomar la calma y poder pedir apoyo.
– Definir estrategias y posibles acciones a seguir cuando se pierde la paciencia. Es muy útil hacer preguntas como: ¿Qué emoción estoy sintiendo?, ¿cómo se siente mi cuerpo?, ¿cómo podría haber enfrentado la situación con mayor calma?.
El programa Aprender en Familia es único en Chile y contempla el trabajo sistemático en cuatro áreas: vincular al establecimiento educacional con las familias, trabajar junto a los apoderados para potenciar sus habilidades parentales, promover el gusto de la lectura en familia, y fortalecer las redes de apoyo.
La urgencia de cultivar la paciencia
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