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Latam, un camino de claroscuros en materia de género

Latinoamérica ha recorrido un camino de claroscuros en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en materia de género. Si bien registra avances por encima del promedio europeo en algunos indicadores, en otros todavía enfrenta desafíos por superar, según concluyó el informe “La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Agenda Regional de Género en América Latina y el Caribe”, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), publicado este año.

El reporte muestra que América Latina ha tenido un desempeño más favorable que el promedio mundial en 19 de las 52 metas en materia de género de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En tanto, en 25 metas el progreso es similar al resto del mundo, mientras que en 8 el avance es menos alentador, destacando áreas críticas donde se requieren mayores esfuerzos de la región para dar pasos firmes en pro de la igualdad de género.

Por ejemplo, menciona el documento de la CEPAL, en el ODS 5, que busca lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas, se presenta un panorama mixto. Aunque la región está bien encaminada en políticas de igualdad de género, las metas relacionadas con matrimonio temprano, cuidados no remunerados, liderazgo femenino y tecnología para el empoderamiento de las mujeres muestran avances demasiado lentos para alcanzar los objetivos establecidos para 2030. Si bien no se observa un retroceso, la necesidad de intensificar los esfuerzos es evidente para acelerar el ritmo hacia la igualdad sustantiva.

También persisten algunas brechas en educación y mercado laboral en Latinoamérica. De hecho, el informe lo presenta como una paradoja, ya que, a pesar de que las mujeres en la región superan a los hombres en promedio de años de estudio y tasas de finalización de la educación primaria y superior, esta ventaja no necesariamente se traduce en una mayor participación económica ni representa una reducción en la brecha salarial, relacionada con el ODS 8.

Asimismo, el informe de la CEPAL hace notar que las mujeres siguen estando subrepresentadas en las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), y se concentran mayormente en sectores de servicios y cuidados, enfrentando así mayores tasas de informalidad y menor cobertura de protección social.

En febrero pasado, con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Woman Times informó que desde 2011, cuando se proclamó esta conmemoración, a la fecha 89 hombres han sido distinguidos con el Premio Nobel, por solo 16 mujeres. La estadística es más dramática si se mira el historial completo: entre 1901 -cuando se entregó el primer galardón- y 2023, han sido premiados 905 hombres en las diferentes categorías (Economía, Física, Literatura, Medicina, Paz y Química), y solo 65 mujeres. De éstas, 19 han sido de Paz y 17 de Literatura. En 122 años de historia de este prestigioso Premio, solo el 6.7% de los reconocimientos han sido para mujeres.

La investigación de la CEPAL enfatiza en la importancia de abordar la rígida división sexual del trabajo y la desigual organización social del cuidado, identificadas como barreras estructurales que impiden la plena inserción de las mujeres en el mercado laboral en igualdad de condiciones con los hombres. Estas barreras afectan no solo la autonomía económica de las mujeres, sino también su participación en la política y otras áreas de la sociedad, además de limitar su tiempo para el descanso y actividades recreativas.

A pesar de los avances normativos, el documento refiere que la prevalencia de la violencia de género sigue siendo alta en la región, lo que representa una vulneración continua de los derechos humanos de mujeres y niñas. Garantizar una vida libre de violencia sigue siendo un desafío crucial para los países de América Latina y el Caribe.

Para avanzar hacia una igualdad real y efectiva, el informe de la CEPAL hace un llamado a los países de la región para que refuercen la institucionalidad y la arquitectura para el logro de la igualdad de género, asegurando una mayor asignación de recursos financieros, técnicos y humanos, y promoviendo la transversalidad de la perspectiva de género en todos los niveles de gobierno y poderes del Estado.

América Latina y el Caribe tienen todavía un camino por recorrer para cumplir con los objetivos de igualdad de género establecidos en la Agenda 2030. Aunque hay señales de progreso, los avances son lentos y desiguales. La región necesita redoblar esfuerzos y comprometerse con acciones concretas para superar las barreras estructurales y garantizar que las mujeres y niñas puedan disfrutar de una vida plena, libre de violencia y con igualdad de oportunidades en todos los ámbitos.

 

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