Como fundadora de TheVentureCity, un fondo de capital de riesgo global que apoya a empresas y startups en sus fases iniciales, la madrileña Laura González-Estéfani busca enseñar que Silicon Valley no lo es todo, que para hacer crecer tu negocio y llevar tu startup a un siguiente nivel no es necesario estar en grandes urbes como California, Nueva York o en Tel Aviv. En ello enfatizó luego de su visita a nuestro país para el Encuentro Anual de Endeavor Chile.
La inversora, quien fue la primera empleada de Facebook proveniente de España, donde estuvo nueve años luego de ocupar puestos directivos en eBay, Siemens y Ogilvy Group, lleva liderando TheVentureCity desde 2017, compuesta por un grupo de operadores que han invertido en compañías de todo el mundo. Dentro de América Latina han ofrecido fondos de inversión a empresas de Chile, Argentina, Brasil, Colombia y México, con fondos de capital semilla hasta serie B y A, entre ellas SimpliRoute (Chile), Tonder (México) y BrandLovers (Brasil).
En TheVentureCity el 35% de las compañías de la cartera están fundadas por mujeres, lo cual, para Laura, es puro reflejo del abundante talento femenino que compone el ecosistema emprendedor. “Como equipo siempre hemos pensado en apostar por las mejores startups con el mejor talento y da la casualidad de que muchas de ellas están lideradas por mujeres. Estoy en contra de las cuotas por cuotas y muy a favor de la igualdad de oportunidades. Si tienes talento, te mereces las mismas oportunidades que otras personas con talento. El talento es universal, pero la oportunidad no. Hay gente igual o más brillante en Chile que en Silicon Valley. Si eres una mujer y me estás leyendo, el tema de las cuotas es del pasado, da por hecho que te mereces las mismas oportunidades, no por tu sexo, sino por tu potencial”, sostiene.
En entrevista con WT, Laura González-Estéfani comparte las claves de TheVentureCity, una venture capital que invita a los emprendedores del mundo a buscar maneras diferentes de crecer y multiplicar sus números, sin importar si se encuentran o no en los mega centros de innovación y tecnología del mundo.
¿Cómo están demostrando desde TheVentureCity que hay caminos más allá de Silicon Valley?
Muchas veces por desconocimiento tendemos a pormenorizar lo que tenemos cerca. Personalmente cuando viví en España y me ofrecieron ir con Facebook a Silicon Valley, al principio estaba fascinada, impresionada. Sin duda, una de las mejores experiencias de mi vida, pero profesionalmente me di cuenta de que la picardía española, el ingenio y la capacidad de creatividad en el trabajo fue lo que me llevó allí. No tenía que envidiar a nadie. Creo que es importante que entendamos que cada uno de nosotros contribuimos a nuestro ecosistema, cada pieza es clave. No hay mejores ingenieros en Silicon Valley que en Chile. Hay más oportunidades, pero no son mejores que en Chile. Cuando juntas talento, oportunidad, ganas y esfuerzo, surge la magia siempre.
Miremos a Chile como uno de los grandes ecosistemas a futuro y dejemos de compararnos con Silicon Valley o con otros, construyamos sabiendo lo que ya hemos conseguido, lo que funciona y lo que falta, que es sobre todo oportunidad.
De nuestras compañías las que mejor performance tienen son las que tienen menos recursos y agudizan más el ingenio. Vivir en la abundancia no siempre es bueno.
¿Cómo evalúas la recepción que el mercado latinoamericano ha tenido con TheVentureCity?
TheVentureCity nació siendo una compañía tan americana como europea. Desde el día uno el talento en el equipo como las compañías en las que invertimos son tanto de América Latina como de Estados Unidos y Europa. Nosotros no pensamos en la geografía, pensamos en dónde está el founder que mejor resuelve un problema suficientemente grande y si es capaz de globalizar ese producto que soluciona ese problema desde donde esté. Las mayores compañías tecnológicas que son todavía privadas están fundadas por latinos y europeos.
El talento latino es el más eficiente con el que hemos trabajado. Es impresionante lo que pueden construir con tan pocos recursos y sobre todo ahora en tiempos de corrección y ajuste son los que antes toman las decisiones más complicadas.
Habiendo participado en el Encuentro Anual de Endeavor Chile, ¿cuáles crees que son los principales desafíos que tienen las startups de nuestro país?
La labor de Endeavor Chile no es solo para Chile, sino es como faro para el mundo entero que debería ser una saga que todos pudiéramos ver en Netflix. No es broma. Gracias a ese primer consejo que hace 25 años decidió apoyar a Peter Kellner y a Linda Rottenberg, Endeavor está hoy en el mundo entero. Es decir, Chile ya lo ha hecho, hay un patrón de apoyo y de éxito en iniciativas que atraen y traspasan las fronteras. Startup Chile es además uno de los programas pioneros del mundo entero en apoyo al emprendimiento mundial, no solo al local. Sin duda en materia de emprendimiento se podría decir que tantas iniciativas comenzaron en Chile. Ahora bien, ¿cómo es posible que, siendo pioneros, luego por el camino nos quedemos atrás? ¿Qué ocurre teniendo el apoyo, el soporte del gobierno, de los grandes empresarios, de las corporaciones y de Endeavor?
Creo que de tanta humildad que tienen los chilenos, el resto del mundo se aprovecha y cosecha. Creo que los chilenos tienen que ser más pícaros y agresivos, tienen que venderse y contarse mejor. No está bien que los demás se atribuyan lo que es Made in Chile.
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