Hoy lo pasa tan bien como actriz que dice que incluso actuaría gratis. Osada, gótica y adicta a los tatuajes, no pasa inadvertida.
Todo fue culpa de una foto que el director David Victori vio en su Instagram. En ese momento Milena Smit, de una belleza exótica y looks atrevidos, trabajaba como recepcionista en un hotel y, cuando el cineasta la contactó, ella no lo pensó dos veces. Entrar al mundo de la actuación era algo que le interesaba desde joven: a los 15 años había empezado una discreta carrera como modelo y había tomado unos cursos de actuación.
Así, a los 23 años, actuó junto a Mario Casas en “No Matarás”. David Victori dice que la eligió porque encajaba perfecto en el papel: “Una mujer que provoca fascinación, que te atrae y la temes al mismo tiempo”.
Luego hizo varias pruebas para protagonizar “Madres paralelas” de Almodóvar, pero el director quería ver si tenía química con Penélope Cruz y en ninguno de los casting había estado presente Penélope. Un día, en la productora El Deseo, por fin se conocieron. Tras el encuentro Almodóvar, no le dijo nada a Milena. Sólo le pasó un guión y una carta con cuatro palabras. “Querida Milena: eres Ana”.
Gracias a Ana (el nombre de su personaje) ha acaparado páginas y más páginas y hasta portadas españolas. Y, casi al mismo tiempo, fue contratada por Netflix para su nueva serie “Alma”, creada por Sergio S. Sánchez, guionista de “El orfanato”. Almodóvar está seguro de que no se equivocó. “Milena Smit es la gran revelación del cine español”, ha dicho.
Dice que está viviendo su mejor momento. “Tengo que disfrutarlo, no quiero que esto se convierta en un trabajo, porque lo haría gratis. Ya no puedo dedicarme a otra cosa”.
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