Durante este Mes de la Infancia, la Fundación Ciudad del Niño – orientada a resguardar los derechos de niños, niñas y adolescentes -impulsó un programa familiar que busca, a través del concepto de parentalidad positiva, promover relaciones saludables entre los padres y sus niños. En entrevista con Woman Times, la directora del Programa PCIT (Terapia de Interacción entre Padres e Hijos) de la fundación y psicóloga especialista en crianza, nos comparte las claves de esta iniciativa que está abierta a todo público dentro de la ciudad de Santiago.
“La invitación central que hacemos como programa PCIT y como Fundación Ciudad del Niño es que los papás puedan ejercer un rol parental positivo que potencie el desarrollo vital de sus hijos e hijas a través del aprendizaje de habilidades parentales”, sostiene Ana María Salinas. Como directora de la iniciativa, la psicóloga explica que durante este Mes de la Niñez el objetivo central de la fundación ha sido invitar a madres, padres, y a todo el núcleo familiar que asume el cuidado de los niños, a ser parte de este desafío que busca potenciar crianzas saludables, sobre todo cuando el proceso se enmaraña y la relación con los hijos se torna difícil.
En definitiva, a través del programa PCIT, la fundación ofrece sesiones presenciales para padres junto a sus niños en edad preescolar, entre dos y siete años, que presentan comportamientos percibidos como conductas problemáticas, como puede ser la desobediencia, la hiperactividad, o agresiones físicas hacia otras personas. Cuando estas conductas tienen lugar, Ana María sostiene que lo importante es que las madres y padres revisen qué tipo de modelo están siendo para sus niños y vean si ellos mismos están teniendo, quizás, comportamientos negativos que luego imitan sus hijos. “Por ejemplo, cuando decimos ‘no me grites cuando hablas’. Si yo se lo digo gritando, hay una confusión ahí en términos de comunicación y el niño no entenderá. Entonces nos topamos con dos preguntas: qué tipo de persona quiero formar y qué ejemplo soy yo en eso que quiero que se forme”, puntualiza Ana María.
Ahora bien, si las conductas de los niños no son las esperadas pese a que se intenta potenciar una parentalidad positiva, el programa de Ciudad del Niño brinda una serie de herramientas pensadas en promover relaciones familiares saludables. “La idea es que las conductas de los padres se orienten hacia el bien superior del niño; cuidándolo, ayudando que desarrolle sus capacidades y ofreciéndole reconocimiento y orientación, incluyendo el establecimiento de límites y el buen trato hacia ellos”, señala la psicóloga.
Durante todo el mes de agosto y desde la implementación del programa, en fundación Ciudad del Niño han podido ver una serie de cambios positivos tanto en los padres como en sus hijos, tal como comenta Ana María: “El incremento, de los padres o adultos responsables, de la capacidad reflexiva con la que enfrentan el ejercicio de su rol; el aprendizaje de habilidades parentales que favorecen el vínculo con los niños y niñas; una mejora en la calidad de la relación entre padres o adultos responsables e hijos e hijas; un aumento de las habilidades socioemocionales en padres o adultos responsables y los niños y niñas, y una disminución en las conductas de difícil manejo por parte de los niños y niñas”.
Por otro lado, al referirse a la esencia del programa PCIT, la psicóloga enfatiza que la prioridad es ofrecer un espacio de aprendizaje para los padres e hijos donde los prejuicios y los comentarios negativos no tengan lugar, es decir, no cuestionar la forma de crianza y potenciar aquellas cosas que se pueden mejorar. “Es clave la aceptación incondicional sin juzgar, porque eso inmediatamente genera adherencia. Llegar a un lugar donde no me digan que lo que estoy haciendo está mal. En ese sentido, la crítica está prohibida en nuestro programa. Lo que hacemos es ayudar a discriminar, es decir, ayudarlos a ver qué cosas de todo lo que están haciendo está muy bien hecho. Eso genera una disposición distinta y se comienzan a ver cambios de una semana a otra en términos de la conducta del niño”.
Finalmente, ahondando en los principios del término ‘parentalidad positiva’ promovido por la fundación, la psicóloga comparte cuarto claves del programa que son potenciados durante las sesiones entre cuidadores y niños:
– Enseñar y modelar las conductas esperadas.
– Establecer y comunicar límites claros y respetuosos.
– Promover y mostrar con el ejemplo estrategias de reconocimiento y expresión emocional asertiva
– Dar opciones acordes a la edad y desarrollo del niño/a, teniendo presente el rol de cuidado y protección del adulto/a.
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