Desde muy pequeña, el sueño de convertirse en reina de la Tapati Rapa Nui acompañó a Pua Ativeka Tucki Hey (22) como una estrella que brilla en la noche. Creció entre los cantos y danzas que su familia ensayaba con esmero, viendo cómo sus tías y primas participaban en la gran celebración cultural que en 57 años se ha convertido en el festival más importante de la polinesia. “Desde siempre he sido parte de esta fiesta, y quedarme con el cetro es un sueño hecho realidad”, confiesa, con una mezcla de alegría y orgullo en su mirada.
Para la nueva soberana que se convertirá durante un año en la embajadora cultural de la isla de Rapa Nui, el gran desafío de su reinado es contribuir a la revitalización de la lengua entre las nuevas generaciones. “Debemos absorber el conocimiento de nuestros mayores, de nuestros koro y nua, y aprender todas las disciplinas y técnicas heredadas de nuestros ancestros. Tenemos el deber de mantener viva la lengua rapa nui, que es el corazón de nuestra cultura”, dice.
Hace pocas horas fue coronada en el escenario de Hanga Vare Vare, después de 15 días llenos de retos, pero también de aprendizajes. Y aunque los resultados de cada prueba fueron diversos, su espíritu nunca se doblegó. “En algunas pruebas obtuve el primer lugar, en otras quedé segunda, pero cada jornada la viví con alegría y gratitud. El apoyo de mis seres queridos, como mis padrinos Moiko y Mike, fue fundamental para nunca bajar los brazos y siempre dar lo mejor de mí”.
Su camino hacia la corona no fue improvisado. Durante muchos festivales trabajó incansablemente apoyando distintas candidaturas, conociendo de cerca los sacrificios y el esfuerzo que implica la competencia. “Conozco a la perfección esta gran fiesta, he visto cómo las familias se unen en torno a un solo objetivo y cómo se tejen lazos indestructibles entre generaciones. Mis tías han sido reinas, mis primas han vivido la experiencia, y ahora me tocó a mí ser protagonista de este sueño”, relata.
El desafío de la competencia iba más allá de la destreza física o el talento artístico. “Muchas noches nos amanecimos confeccionando los trajes, limpiando materiales, organizando cada detalle. Pero el entusiasmo siempre fue más fuerte que el cansancio, porque sabía que estaba viviendo una experiencia única”, recuerda emocionada.
Este año, la Tapati Rapa Nui tuvo un significado especial marcado por el nuevo liderazgo de la Alcaldesa Elizabeth Arévalo Pakarati y el regreso de la competencia entre las familias. “Me siento orgullosa de haber sido parte de este retorno a la esencia de la Tapati, donde la competencia entre familias fortalece nuestras tradiciones y nos permite mostrar al mundo la infinita riqueza de nuestra cultura”, afirma.
