Uno de cada 5.000 a 10.000 niños en el mundo tienen pubertad precoz, es decir, que sus signos del proceso puberal comienzan a una edad muy temprana, antes de los 8 años en el caso de las niñas, y antes de los 9 en el caso de los varones. Lo anterior se traduce en la aparición de caracteres sexuales secundarios como desarrollo mamario, vello púbico, acné y vello axilar a una corta edad. Estos síntomas, a su vez, terminan desencadenando una serie de repercusiones psicológicas negativas en los niños, pues al ver cambios en su imagen corporal, pueden desarrollar síntomas ansiosos o depresivos, al no sentirse a gusto con ellos mismos, e incluso ser hostigados por sus pares.
¿Qué hacer frente a un diagnóstico de pubertad precoz? La Dra. Magdalena Galarce, Gerente Médico en Farmacias Ahumada, nos entrega algunas luces al respecto, enfatizando que esta afección debe tratarse con una adecuada mirada de género, pues afecta estadísticamente sobre todo a las mujeres, según comprueban estudios de organizaciones como la Asociación Española de Pediatría.
En primer lugar, Magdalena Galarce explica que es importante poner atención a la aparición de síntomas y signos puberales antes de la edad de 8 años en las niñas y a los 9 años en los niños. “Éstos podrían ser: aparición de botón mamario en las niñas o menstruación adelantada, y crecimiento testicular y del pene en los niños. Por otro lado, en ambos casos podría haber aparición de vello púbico, de vello axilar, olor apocrino, acné o aceleración del crecimiento”, explica.
Causas
Más del 90% de los casos corresponden a pubertad precoz central, según explica la ejecutiva. Esto quiere decir que se produce una activación precoz del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal, que explica que el cuerpo de los niños comience a desarrollarse de manera temprana. En mujeres, la mayoría de los casos son de carácter idiopático, es decir, que no hay una causa particular, mientras que en los niños son más frecuentes las causas orgánicas, como los tumores del sistema nervioso central.
“La obesidad y el sedentarismo también podrían generar la activación de este eje, generando con esto una pubertad precoz”, menciona Galarce. Esto, por una parte, permitiría explicar por qué durante la pandemia por Covid – 19 aumentaron los casos de pubertad precoz en el mundo. Por ejemplo, estudios recientes de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) revelan que durante el confinamiento hubo 2,3 veces más consultas por sospechas de pubertad precoz en comparación con los dos años anteriores, y que, además, ese aumento correspondió a un 95% de niñas.
“Que sea un efecto directo del Covid-19 es, por el momento, una hipótesis remota, pero hay factores físicos y psicológicos relacionados con la pandemia que podrían desempeñar un papel, tales como la obesidad y el sedentarismo. Es importante subrayar la necesidad de estudios exhaustivos para explicar si este fenómeno continuará a medida que se han retomado los hábitos prepandémicos”, señala Galarce.
Tratamiento
Pese a que se trata de una condición médica infrecuente, es importante estar atento a los síntomas de pubertad precoz. Si se ven signos evidentes o sospechas de signos puberales tempranos, lo principal es consultar con un endocrinólogo. “Los padres deben llevar a sus hijos a control periódico para evaluar su crecimiento y desarrollo, entre otras cosas, especialmente en caso de sospecha de pubertad precoz”, explican desde Farmacias Ahumada.
Si se diagnostica pubertad precoz, actualmente los niños y niñas pueden tratarse con un medicamento inyectable que suprime la producción de hormonas sexuales y permite retrasar el desarrollo puberal. Llamados análogos de la GnRH (gonadotropina liberadora de hormona), estos medicamentos se consiguen en las farmacias, comprándose según los intervalos de tiempo solicitados por el médico tratante.
“El tratamiento busca evitar el cierre precoz de los cartílagos de crecimiento, que determinará una talla adulta baja, y trastornos en la adaptación psicosocial por inmadurez”, comenta Galarce. “Por otro lado, siempre hay que considerar el apoyo familiar, desde el punto de vista de un médico de familia o pediatra que pueda hacer seguimiento a todos los aspectos del crecimiento, además de apoyo psicológico que pueda acompañar en esta etapa de pubertad que, siempre puede ser complicada y, en estos casos en que está adelantada, mucho más”.
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