Con tres conciertos agendados —el último, hoy— y una avalancha de fans esperando verla en escena tras siete años de ausencia, Shakira no solo volvió a Chile en gloria y furor: también lo hizo en un espacio inédito, el Parque Estadio Nacional. El nuevo recinto se transformó en el epicentro de una fiesta musical cargada de expectativa, emoción y ajustes logísticos que, finalmente, hicieron bailar a las lobas.
El regreso de la artista colombiana no estuvo exento de tropiezos. Inicialmente, las fechas estaban previstas para marzo en el Coliseo del Estadio Nacional, pero problemas técnicos en el montaje del escenario obligaron a reprogramar. La situación no solo afectó a Chile: también se repitió en otras ciudades de su gira “Las mujeres ya no lloran World Tour”, como Medellín y Lima. Finalmente, con una escala previa en República Dominicana, la cantante aterrizó en Santiago el pasado 4 de abril para saldar su deuda con el público chileno.
El Parque Estadio Nacional, ubicado en la zona sur del complejo deportivo, fue el espacio elegido para esta revancha. Su uso marca un antes y un después en la cartelera local de espectáculos. Inaugurado oficialmente en julio de 2024 con un concierto de Los Jaivas, ya había albergado eventos como La Yein Fonda y el festival metalero KnotFest. Sin embargo, el desafío que representa recibir tres shows de una figura global como Shakira, con capacidad total cercana a los 55 mil asistentes por jornada, lo convirtió en su prueba de fuego.

FOTO:BASTIÁN CIFUENTES ARAYA / AGENCIAUNO
Desde el Instituto Nacional del Deporte (IND), organismo a cargo del recinto, destacan que el Parque se proyecta como una alternativa multipropósito. “Las experiencias previas demostraron que es un espacio óptimo para conciertos. No anula al Coliseo Central, pero lo complementa”, indicaron a Culto. La conectividad, el tamaño del espacio y el césped que permite mayor circulación son algunas de sus fortalezas, según la entidad.
El show: clásicos y catarsis pop
En su primer concierto, Shakira entregó una experiencia que mezcló potencia escénica con una cuidada selección de sus mayores éxitos, desde Ojos así, Antología, hasta los temas de su nuevo disco, que incluye las canciones Te felicito y su icónico tema con Bizarrap que selló el himno “Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”. El espectáculo también tuvo espacio para momentos de desahogo emocional, con cánticos contra su expareja Gerard Piqué que el público coreó fuertemente, demostrando cómo su narrativa personal se ha entrelazado con el mensaje de empoderamiento de su nueva era.

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La encargada de abrir las jornadas fue la chilena Antonella Sigala, quien subió al escenario a las 19.30 horas. El show de la colombiana comenzó puntual a las 21.00, en un despliegue técnico y artístico que demostró que la espera —y los cambios— valieron la pena.
Con dos fechas ya concretadas y una tercera por venir, la apuesta por el Parque Estadio Nacional como sede de espectáculos masivos parece haber pasado su gran examen. Para Shakira, fue una revancha esperada; para el recinto, la confirmación de que puede estar a la altura de las grandes estrellas de la música.