Por Vanessa Maulén, Jefa de Emprendimiento Universidad Mayor
En las últimos años hemos visto un liderazgo claro de las nuevas generaciones por abrir espacios para niñas y mujeres en cualquiera de los ámbitos en los que quieran desarrollarse. Es como si hubiesen nacido con el chip del “no más” y aunque existen detractores como siempre, no ha sido más que alimento para avanzar.
Recuerdo hace más de dos décadas estar pensando en qué quería estudiar en la universidad y sin miedo dije, “Biotecnología”, quería ayudar a cambiar el mundo y amaba la ciencia. Lo que no supe es lo difícil que es hacer ciencia y tecnología en Chile y cómo el sistema retrógrado seguía minimizando a las mujeres en su desarrollo científico. Al pasar los años me di por vencida. Seguí el camino de la administración y ejecutivo, recuerdo que me decían “para qué estudiaste eso” “sólo perdiste tu tiempo”, pues no, ese camino me ayudó a entender y ser promotora de otras niñas en conseguir sus objetivos. La innovación abrió un espacio en mi corazón que me hizo amarla instantáneamente y desde ahí descubrí que no existía sólo la investigación para escribir más papers en revistas indexadas, hoy hay un campo en exploración donde las mujeres abren puertas a pasos agigantados.
Según la UNESCO, hasta el 2022 en el mundo, las mujeres son sólo el 35% de quienes cursan carreras de educación superior en áreas STEM, que corresponde al acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics. Si bien, hemos ido avanzando en estas áreas, existe una gran brecha de género que se traduce en la reducción de posibilidades de innovación y nuevas perspectivas para afrontar desafíos, sobre todo en tiempos altamente volátiles y con incertidumbres, cuando solo un 5% trabaja en áreas tecnológicas.
Las desigualdades no han sido fáciles de abordar pues responden a diferentes realidades en todo el mundo y por sobre todo, muchas brechas se posicionan desde edades muy tempranas, en las escuelas, casas. Pero ¿realmente entendemos el beneficio que trae consigo más mujeres en áreas STEM?
En esta pandemia, es sólo pensar en cuántas mujeres destacaron con su rol en el manejo político, social y científicas al mando. ¿Cuan beneficioso es que este aumento sea sostenido?
El acortar la brecha en áreas STEM acerca a los países a una mejora en el PIB (producto interno bruto). Para ejemplificar, varios estudios de la Unión Europea proyectan que al implementar medidas que corrijan o disminuyan las desigualdades en STEM, se lograrían crear 1,2 millones de empleos adicionales para el 2050. Si lo traducimos a términos monetarios, se lograría conducir a una mejora en el PIB de Europa entre los 610-820 mil millones de euros. Es una urgencia educar desde las escuelas el valor que han tenido y mantienen las mujeres en las áreas STEM, acortar la brecha de desigualdades a través de la educación, tecnología, ciencias y matemáticas, visibilizarlas y permitirles entrar y liderar. Esto no sólo traerá beneficios para millones de niñas, muy especialmente en Latinoamérica, donde existe menor cantidad de mujeres en estas áreas, sino que para el resto de los países y compatriotas también.
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