La prensa internacional ya bautizó a la mexicana Xiye Bastida de esa forma, pero a ella no le gusta el apodo, porque dice que eso es una mirada reduccionista. De todas formas es amiga de la activista sueca, pero su lucha está centrada en la protección de las comunidades indígenas.
A la mexicana Xiye Bastida nadie le podría rebatir la veracidad de los efectos del cambio climático. No sólo porque a sus cortos 19 años los ha estudiado en profundidad, sino también porque los ha vivido en carne propia. La comunidad donde vivía, en San Pedro Tultepec, en el Estado de México, enfrentó tres años de sequía y, en 2015, sufrió inundaciones provocadas por una serie de lluvias torrenciales.
Sus padres -dos ambientalistas, Mindahi (de la comunidad otomí-tolteca) y Geraldine (chilena)- no querían el desarraigo, pero no había alternativa, armaron sus maletas y, junto a su familia, se marcharon a Nueva York. Pero allá otra vez vio Xiye quedó impactada con los estragos provocados por el huracán Sandy en 2012. “Descubrí que, donde sea que estés, la crisis climática está afectando a todos, en todos lados”, ha dicho.
Desde entonces es una de las líderes de las protestas Fridays for Future, iniciativa fundada por la activista sueca Greta Thunberg en la que los jóvenes salen a las calles a protestar para exigir a los gobiernos de todo el mundo que, con un plan de acción serio, enfrenten el cambio climático.
Es amiga de Greta, pero no le gusta que la vean como su réplica. De hecho en 2020 escribió un artículo titulado “Mi nombre no es Greta Thunberg”. Ahí citó a la misma Greta, quien ha pedido que no se personalice en ella el activismo ecológico.
“A mi querida amiga Greta Thunberg, quiero agradecerle su resiliencia, su apoyo y el dejar siempre en claro que no quiere que el movimiento climático gire sólo en torno a ella, sino que eleve más las voces de las comunidades en primera línea”, escribió la mexicana.
En el blog The Elders también se refirió a esta comparación que ya le parece odiosa: “Llamarme ‘la Greta Thunberg de Estados Unidos’ desacredita mis experiencias, mis luchas, mi inspiración y mi historia. Pero de manera más crítica, minimiza los años de resiliencia que todos los activistas de color han soportado”.
¿En qué se diferencian Xiye y Greta? La mexicana pone más acento en las demandas ecológicas indígenas; y Thunberg en escuchar a los científicos para defender al medioambiente.
En la Cumbre de Líderes sobre el Clima, realizada en abril de este año, Xiye levantó fuerte la voz: “La crisis climática es resultado de haber perpetuado los sistemas de colonialismo, opresión, capitalismo y soluciones orientadas al mercado (…) Los 40 líderes que están en esta cumbre son en su mayoría del norte global que, históricamente, han perpetuado estos sistemas. Las comunidades más afectadas, las que han sufrido desplazamientos debido a sequías, inundaciones, incendios forestales, malas cosechas y abusos de los Derechos Humanos no están plenamente representadas acá”, dijo.
Y agregó: “Las soluciones deben estar alineadas con el hecho de que la justicia climática es justicia social. Ya no podemos seguir teniendo cumbres y conversaciones sobre lo que debe cambiar, porque ya tenemos todas las soluciones sobre lo que necesitamos. Lo que falta es implementarlas (…) Exigimos que dejen de atacar sistemáticamente al sur global y a las comunidades de color e indígenas a través del saqueo ambiental, la explotación de nuestras tierras y las políticas neoliberales. Exigimos llegar a 0 emisiones netas para 2030, no para 2050”.
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