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Transitar hacia la menopausia: ¿Cómo vivir este proceso de manera más amable?

Por: Trinidad Rojas (periodista), integrante del programa Periodismo Colaborativo WT.

 Las periodistas y comunicadoras Viviana González, Paula Olmedo y Nicoletta Pranzini, amigas desde hace más de 30 años, cuentan que, a partir de la segunda mitad de sus cuarenta, comenzaron a sentirse “enfermizas”.

Cada una, desde sus propias experiencias, llegó a esa conclusión después de darse cuenta de que tenían dolores articulares, palpitaciones fuertes en el corazón, sequedad vaginal, ansiedad, insomnio y bajo interés sexual. Sin embargo, en ese momento, aparentemente ninguna de esas señales parecía tener conexión, especialmente porque no habían dejado de menstruar, ni manifestado los clásicos bochornos.

Así, pasaron por varios especialistas buscando respuestas, pero todos pasaban por alto el dato más evidente: eran tres mujeres sobre los 45 años. Lo que tenían, en realidad, eran los primeros síntomas de la perimenopausia, un período de transición caracterizado por una disminución gradual de los niveles de estrógeno, una hormona clave en el ciclo reproductivo femenino.

“Yo creo que ninguna de nosotras vive tan pendiente de su cuerpo, porque trabajamos, tenemos familia y vivimos aceleradas. En mi caso, me dolían mucho las articulaciones y como hago jardinería pensé que tenía que ver con una mala toma de las herramientas o algo por el estilo. Pero después ya no eran las manos lo que me dolían, sino los pies, las rodillas, todo. Así, vas viviendo tus malestares de manera parcelada porque no hay un solo médico, ni siquiera tu ginecólogo, que te diga a ver: ¿Qué edad tienes? ¿Cómo estás menstruando? ¿Últimamente has notado algún cambio?”, relata Paula Olmedo.

“En la búsqueda de soluciones encontrábamos respuestas parciales, soluciones a medias, parches curitas de alivio. En el fondo estábamos hundidas en una piscina de ignorancia y silencio frente a una realidad simple y rotunda: todo lo que nos pasaba tenía directa o indirecta relación con la menopausia, era normal y no era una condena. Había soluciones para la mayoría de esos síntomas y si no, siempre estaba el alivio de saber y entender, y de compartir esa información con nuestras personas significativas…” (fuente: Libro “Meno es más”, editorial Planeta)

Se estima que el 80% de las mujeres que pasan por el período del climaterio, que es la etapa que se inicia entre 4 a 6 años antes de la menopausia y se prolonga hasta la vejez; experimentan síntomas que deterioran su calidad de vida. De acuerdo a información de la Red de Salud Uc Christus, las primeras señales que indican que se está pasando por este proceso tienen que ver con cambios en los ciclos menstruales, los cuales se vuelven más irregulares; acompañado de bochornos, sudores nocturnos, sequedad vaginal y dolor durante o después de las relaciones sexuales. Sin embargo, estos no son los mismos para todas, lo que puede retrasar los diagnósticos.

“En la menopausia, los síntomas son extremadamente variados entre las personas, porque implican todos los sistemas de nuestro cuerpo, más allá solamente de las alteraciones de la menstruación”, dice la dra. Marcela Machuca (@dra.marcepaz), ginecóloga especialista en este ámbito, quien atiende en diversas instituciones de salud como el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, la Red Salud y el Centro Vida Mujer.

“El hecho de asociar este período sólo con los bochornos responde a algo muy cultural y de desinformación. Durante muchos años se invisibilizaron los síntomas de la transición menopáusica, entonces las alteraciones del ánimo, el menor deseo sexual y la irritación y picazón vulvar; se pensaba que no tenían mucho que ver con este camino. Antes, en los colegios, se enseñaba que la menopausia aparecía solo con los bochornos y el término de la regla, y cualquier otro síntoma que se saliera de ahí no tenía nada que ver con el proceso. Se pensaba que las mujeres estaban depres, histéricas o viejas. Era muy descalificador”, agrega la especialista.

Para Nicoletta Pranzini, esa falta de información sobre los síntomas de la perimenopausia la llevaron a pensar, incluso, que podía tener un problema grave al corazón. “Al terminar la pandemia, empecé a sentir palpitaciones muy fuertes y decía me voy a morir: me va a dar un ataque. Así que fui a una cardióloga porque como tengo antecedentes familiares de cardiopatías, pensé que me podía estar pasando algo en ese aspecto. Ella me hizo todos los exámenes, incluido un test de esfuerzo; y estaba todo bien: tenía una presión maravillosa. Pero no se le ocurrió, aun siendo mujer, que yo tenía 52 y que lo que me pasaba podía tener que ver con la falta de estrógenos. No lo vio. En el fondo, yo creo que eso pasa porque nos falta tener un poco más de sensibilidad sobre el tema”, manifiesta.

Bajo esa vocación de informar y acompañar a las mujeres en el período del climaterio, junto a Paula y Viviana, iniciaron -en junio de 2023- el podcast “Meno es más”, el cual tuvo un éxito inmediato: en su primer mes se logró posicionar como uno de los diez más escuchados en todo Chile. Sin embargo, este deseo de abrir un espacio de conversación para abordar, de manera abierta y honesta, los miedos, ansiedades y complejidades de esta etapa de la vida; no se detuvo allí. Así, las tres decidieron plasmar su experiencia y conocimiento en un libro, publicado por Editorial Planeta, que lleva el mismo nombre del programa.

“Creo que este libro es un regalo para las generaciones que vienen, porque con toda esta información es menos probable que se pierdan con el tema”, dice Nicoletta. “Esto no lo hicimos para figurar, ni para subirnos al carro de nada, sino para que otras mujeres se puedan informar y no vivan lo que nos pasó a nosotras. Recuerdo que cuando empecé a menstruar, había que esconder la regla. Y ahora que comencé con la menopausia me pasó lo mismo. Entonces, al ponerlo sobre la mesa, podemos ayudar a decir: no es algo malo, no hay por qué avergonzarse”, agrega Paula Olmedo.

“Tenemos entre 53 y 59 años, no queremos perder tiempo en vernos de 30 ni de 40. ¿Cuánto más vamos a vivir? ¿Treinta años más? Es lo que dice la estadística, pero puede ser menos. Nos parece mejor abrazar la edad que tenemos, pero sobre todo entender lo que nos pasa y contárselo a quien quiera saberlo porque todas vamos hacia allá, pero no tiene que ser un infierno y no nos parece justo ni necesario vivir este proceso en silencio” (fuente: Libro “Meno es más”, editorial Planeta)

Según la última Encuesta Nacional de Salud. aproximadamente 1,3 millones de mujeres entre 45 y 64 años viven con menopausia en Chile. Es por eso que visibilizar este tema se vuelve fundamental, no solo por una cuestión estadística, sino también porque son varios años de la vida transitando por este proceso fisiológico de cambios. “Es muy importante que dejemos de creer que cuando llega la menopausia, se acaba todo porque hay que pensar que las mujeres vivimos, por lo menos, un tercio de nuestra vida en esta etapa. Entonces, hay que quitarle ese estigma negativo y permitir este tipo de conversaciones para empoderarnos con información, porque una mujer en la menopausia no tiene por qué tener sequedad vaginal o bochornos, si le molestan”, dice la ginecóloga-obstetra Loreto Vargas (@draloretovargasp), directora de Ginecólogas Chile y parte del equipo del Centro Vida Mujer.

Pero ¿Cómo pasar este período de manera más amable? 

  1. Buscar profesionales adecuados: Un ginecólogo/a especializado/a en menopausia puede entregar orientación específica sobre los cambios en esta etapa, recomendando opciones de tratamiento, como la terapia hormonal, para aliviar síntomas. Lo más relevante es encontrar a alguien que genere confianza y pueda validar los malestares del período. “Normalmente uno tiene un médico de toda la vida, que te prepara para la anticoncepción o embarazo, pero yo creo que pasado los 42 o 43 años sería bueno cambiar para encontrar alguien indicado y especialista en climaterio”, sostiene Viviana González.

“Si son atendidas por algún equipo o profesional donde no se sientan escuchadas, sugiero que acudan a otro espacio donde estén bien atendidas y acompañadas. Pero sobre todo, donde no se minimice su experiencia, que es algo común en el mundo médico, donde muchos les hacen creer que lo que viven no es real, sino que tiene que ver con la esfera de lo emocional”, indica Loreto Vargas.

2.  Estar atenta a las señales del cuerpo: Uno mejor que nadie conoce su cuerpo y lo que nos quiere decir con los síntomas que manifiesta. Es por eso que estar atenta a las señales que nos envía es fundamental sobre todo a partir de los 40 años. Así podemos detectar cambios y pedir ayuda, sin tener que dejar pasar mucho tiempo. “La etapa más dura es la perimenopausia, por lo confusa que puede ser en cuanto a síntomas. Entonces, hay que ponerle atención porque la menopausia no es un día: el climaterio puede durar 10 años o más. Hay que atender las señales físicas, pero también emocionales y espirituales para pasar este período de mejor manera”, dicen Paula y Nicoletta.

3. Cultivar un estilo de vida saludable: Esto implica alimentarse de manera balanceada, hacer ejercicio regularmente, gestionar el estrés de buena manera y dormir la cantidad de horas suficientes. Sin embargo, las autoras de “Meno es más” puntualizan en la importancia de cultivar estos hábitos desde edades tempranas. “Si llegas a los 45 años con buen estado físico va a ser muy distinto a que si recién a esa edad empiezas a cambiar tu estilo de vida. Probablemente, vas a vivir esta transición de mejor manera en caso de poder anticiparte mediante la implementación de estas conductas saludables”, indica Paula Olmedo.

4. Conversar de este período con tus amigas, familiares y cercanos: Compartir experiencias, preocupaciones y emociones relacionadas con este proceso puede ayudar a sentirse comprendida y acompañada en la medida que se experimentan los cambios. “Este es un período súper vulnerable y vivirlo en tribu hace que sea más llevadero”, sostiene Marcela Machuca y finaliza: “Afortunadamente, hoy las mujeres están más informadas y están conversando más sobre el tema entre amigas y familiares. Se comparten información. Eso nos hace sentirnos más empoderadas y tener menos miedo para enfrentar estos procesos, aun cuando nos falta seguir avanzando en sensibilización”.

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