No es sano estar pendiente de que a uno le digan que se ve menor o vivir en torno al atractivo físico, dice el psicólogo Alejandro Fernández, pero, por otro lado, es válido hacerse cirugías o ponerse bótox. Mientras no sea en exceso, claro.
“Hay un contrato que uno firma antes de venir a este mundo y es que uno va a nacer, va a crecer y va a morir. Nadie lo recuerda, pero todos firmamos ese contrato antes de venir. Y, si a los 30 años, no sabes que vas a envejecer y decaer, entonces no entendiste nada de la vida. Es como negarse a morir. Morir no va a ser grato, pero vas envejecer y vas a perder atractivo físico, entonces si tú vas a hacer que tu felicidad descanse exclusiva o prioritariamente en tu atractivo físico, entonces lo vas a pasar mal (…) No es sano vivir pendiente de que te digan que te ves más joven de lo que eres”, dice el psicólogo y docente de la Universidad de Valparaíso Alejandro Fernández.
Slogan o no, el body positive ha subido a las pasarelas a mujeres con sobrepeso, pecas, cicatrices y canas. “El bodypositive es un movimiento que busca revalorar el cuerpo natural tal como es, alejándose de estándares internacionales y exigentes de belleza corporal. Básicamente es decir ‘está bien no estar tan tonificado, eso puede ser atractivo’. Mi opinión es que eso es un discurso, pero no es sólo un discurso”, dice el psicólogo.
Y explica: “Los seres humanos estamos determinados biológicamente para encontrar ciertos cuerpos atractivos, porque somos animales y estamos predeterminados de esa manera, pero (a diferencia de otros animales) no somos tan específicos. El mejor ejemplo está en el caso del vello facial. Si el hombre es atractivo con vello facial, va a depender de la zona geográfica y del momento histórico. Hay ciertos aspectos que son casi objetivos en la atracción sexual humana como, por ejemplo, en el caso de las mujeres, el índice de cintura cadera: mientras mayor es la diferencia cintura cadera, mayor es la atracción sexualmente hablando. Lo mismo ocurre con los hombres en cuanto a cintura-hombros: mientras más ancha es su espalda, es más atractivo, pero son aspectos específicos, siempre habrá variabilidad cultural dentro de esas apreciaciones. Dicho esto, yo creo que el movimiento body positive es valioso y sí puede tener efecto, pero es difícil luchar contra la industria de la belleza que está como discurso hegemónico llegando a nuestros hogares a través de la publicidad y el cine”.
Pero, según el especialista la belleza no es tan exigente como nos quieren hacer creer. “Las mujeres tienen a encontrarse más feas de lo que realmente son; más gordas de lo que realmente son; menos atractivas de lo que realmente son. Yo creo que el movimiento body postive vino a darnos un pequeño zamarreo de realismo, a decirnos ‘ sí, tú no tienes el cuerpo que tenías a los 20 años ni el que tiene la modelo que salió en la revista, pero tu pareja sí te encuentra atractiva’. Pero te puedes tonificar y hacer un tratamiento tonificador, pero no es necesario alcanzar ese ideal para ser feliz, eso es súper importante. Es lo mismo que pasa con el consumismo, no necesitas el auto último modelo para ser feliz, necesitas un auto. Necesitas un auto que sea cómodo”.
Lo que importa, dice el especialista, es lograr el equilibrio que a cada persona le haga sentir bien. No lo que le impongan. “Sería súper interesante revisar a las víctimas de bótox, a actrices como Meg Ryan, por ejemplo, que se arruinó la cara producto de la obsesión con el bótox. Pero también hay casos como el de Brigitte Bardot, que era tan bonita cuando joven, y no se hizo nada y como que se derritió. Es complicado el tema. Uno puede decidir hacerse tratamientos rejuvenecedores más o menos invasivos, pero todos sabemos que el exceso está mal. Dónde está el exceso con la cirugía plástica y el bótox es algo que es casi incierto, depende de la mano del cirujano, del tipo de procedimiento que uno se haga, y también del organismo de la persona, porque yo estoy seguro que a algunas personas les queda mejor el bótox que a otras, pero eso no lo sabemos de antemano. No es bueno vivir pendiente ni de la edad, ni del atractivo físico, ni del bótox”.
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