Oriunda de Santiago, pero viviendo desde el año 2007 en la Región del Maule, Paulina Arellano es abogado de profesión y fundadora de la corporación MauleVida. Creada el año 2014, esta organización sin fines de lucro busca acoger a mujeres con embarazos vulnerables, previniendo sentimientos de soledad, angustia, desprotección y desamparo. Según Arellano, la idea surge de manera espontánea, sin planificación y mucho menos plata, sólo con el sueño de hacer algo por aquellas mujeres que se ven obligadas a afrontar un embarazo solas. “La idea en el fondo es que esa mujer que llega sintiendo que tiene una mochila en la espalda, sienta que ahora la mochila la llevan de a dos”, reflexiona.
“Contactamos a la Fundación Chile Unido que lleva muchos años acompañando a embarazadas y ellos vinieron a Talca a capacitarnos. Así se formó el equipo de acompañamiento, al que se sumaron los mejores ginecólogos, psicólogos, asistentes sociales, abogados y el voluntariado, que yo lo nombro al final, pero la verdad que las voluntarias son un capital humano maravilloso, porque ellas están 24/7 prestando oreja a estas mujeres que necesitan compañía.”, cuenta Arellano.
Dentro de la organización, hasta ahora solo hay una profesional con sueldo, el resto trabaja ad honorem. Por lo mismo, los gastos que generan son reducidos. Aun así, Arellano asegura que cuentan con distintos medios de financiación. “La maleta solidaria” es en este momento el fuerte de sus ingresos. Se trata de una iniciativa en la que la gente dona ropa, muebles de la casa, juguetes, etc. Luego se venden a través de un grupo de Whatsapp. “Eso más las cuotas de los socios. Esto no quiere decir que nos vamos a dormir en los laureles y no queramos postular a fondos más importantes”, aclara.
A través de los años, MauleVida ha acompañado a más de 70 mujeres en su embarazo. Contrario a lo que pensó su fundadora en un principio, llegan mujeres de todo tipo: niñas, jóvenes y también mujeres mayores. Gente de bajos recursos, pero también hemos tenido una par de casos en que no tienen problemas económicos. Han llegado mujeres con y sin estudios. “Llegan a nosotras algunas a través de las redes sociales, del fono ayuda y otras porque nos contactan familiares o amigos.”
En MauleVida las reciben a todas con brazos abiertos. Lo primero que se ofrece para ellas es clave, cuenta Arellano. Se les asigna una voluntaria que las acompañará durante el embarazo y después de nacido el hijo, luego se les ofrece la realización de una ecografía con alguno de los ginecólogos del equipo. De ser necesario, se les realiza un chequeo psicológico, ya que algunas de las mujeres se encuentran en estados muy vulnerables. Después de eso, ellas deciden si quieren ser ayudadas o no, al igual que si quieren seguir con el embarazo o no. El apoyo no va solo desde lo médico. “Si hay que buscar un trabajo lo buscamos. Había una mujer que era manicurista y le regalamos un set con todas las cosas para que hiciera las manos. En el fondo que sientan apoyo. Para una mujer que se convierte en mamá sin haberlo buscado y además están solas, es un mundo, ¿cómo sales de ahí?”
Para esta organización, el acompañamiento no termina cuando nacen los bebés. De hecho, Arellano asegura que aún se sigue viendo con muchas de las mujeres a las que ha acompañado. “Se genera un lazo muy fuerte. Yo en lo personal me siento muchas veces como mamá de ellas y otras veces más como amiga, dependiendo de la edad.”
Cuenta que hace un año la llamó una de las primeras guaguas de la mujer a la que acompañó. “¡Tía Pauli! me decía. Escuché como la mitad de lo que me decía, porque no podía creer lo que estaba pasando. Me contaba que era bueno para dibujar, que jugaba a la pelota y yo impactadísima los diez primeros minutos de la conversación.” Esto, dice Arellano, es especialmente fuerte para ella, ya que menciona que nunca pudo tener hijos biológicos. “Me ha tocado acompañar a mujeres hacerse ecografía. A mí nunca me tocó ver una ecografía mía con una guagüita adentro entonces yo lloro con ellas. Es super emocionante.”
El 2016, Arellano fue contactada por la Fundación Mujer Impacta, que reconoce e impulsa el emprendimiento social liderado por mujeres y que cada año elige a una mujer que homenajea con el Premio Mujer Impacta. “Me llamaron para que me postulara y no quise, obvio. Porque yo sentía que estaba haciendo esto no por ganar un premio ni para lucirme” Sin embargo, luego de que la fundadora de Mujer Impacta, María Paz Tagle la convenciera personalmente, una hermana la postuló. María Paz me dijo, “ tú tienes que mirar este premio no como para ti, sino como una forma de visibilizar a MauleVida.”
Arellano cuenta que después de obtener el premio se le abrieron un montón de puertas, especialmente con medios que han querido contar su historia. “Mujer impacta te abre las puertas, te visibiliza, apoya y acompaña. Los encuentros Impacta son atómicos, tú conoces a otras mujeres y cada emprendimiento social es como para quedar con la boca abierta. Uno piensa, si todos desarrolláramos un emprendimiento social en este país sería otro mundo.”
Hoy en día, MauleVida sigue creciendo. El gran sueño que tiene Paulina Arellano es que todas las mujeres de la Región del Maule sepan que existe esta organización. Desde el año pasado que han comenzado a invertir en temas de publicidad y marketing y este 2024 planean seguir por la misma línea.
“Hace un par de semanas me escribió una mamá que yo acompañé hace unos cinco o seis años y casi me morí. Me dijo, Paulina, yo te hice a ti una promesa hace muchos años. Yo te dije que cuando me titulara, quería ayudar en MauleVida. Estoy titulada, profesional de la salud y ahora quiero formar parte del equipo de acompañamiento. No podía creerlo. Porque esa es la prueba concreta y visible del resultado de este acompañamiento que se hace con tanto cariño”, concluye.
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