La CEO del Centro de Ciencia y Medio Ambiente de India está entre los 100 personajes más influyentes, según la revista ‘Time’ y en la lista de las 15 mujeres que más han hecho por combatir el cambio climático en el mundo.
La contaminación del aire se ha convertido en un problema urgente de resolver para la India, tanto en lo sanitario como en lo social y económico. El segundo país más poblado del mundo es también el segundo mayor consumidor de carbón a nivel mundial y los expertos ponen en duda que sus gobiernos puedan promover un proceso de descarbonización exitoso para las próximas décadas.
En 2019, antes de la pandemia y antes de que muchas industrias se vieran obligadas a parar la producción, 1,7 millones de personas murieron en la India producto de la contaminación del aire. Sólo en la capital, se registraron 54 mil fallecimientos prematuros relacionados con la toxicidad del aire.
Ante esta situación, hay quienes han tomado la iniciativa y desarrollado propuestas para atajar el problema. Es el caso de Sunita Narain (Nueva Delhi, 1961), CEO del Centro de Ciencia y Medio Ambiente de India, activista política, ecologista y escritora, a quien la revista Time ha situado entre las 100 personas más influyentes del planeta y también ocupa un lugar en la lista de las 15 mujeres que más han hecho por combatir el Cambio Climático.
Sunita Narain utiliza el conocimiento para el cambio y ha sido galardonada con numerosos premios, como el Premio Mundial del Agua por su trabajo en larecolección de agua de lluvia, entre otros. Defiende el concepto de política verde en el desarrollo sostenible y es directora general del Instituto Indio de Investigaciones basado en el Centro de Ciencia y Ambiente, directora de la Sociedad de Comunicaciones Ambientales y editora de la revista quincenal ‘Down To Earth’.
Narain empezó a trabajar con el Centro para la Ciencia y el Ambiente en 1982, trabajando con el fundador Anil Agarwal, mientras completaba sus estudios en la Universidad de Delhi. En 1985, co-editó el “Estado Ambiental de India”, y luego estudiaría los asuntos relacionados con la administración de bosques. Para ese proyecto recorrió el país para entender la administración de los recursos naturales.
Pero Sunita Narain no había cumplido los treinta años cuando alcanzó fama global, antes del gran Congreso de Naciones Unidas en Río de Janeiro de 1992, al publicar con Anil Agarwal el folleto llamado “Global warming in an unequal world: a case of environmental colonialism”. Allí calcularon las cifras de emisiones de dióxido de carbono per cápita y demostraron un hecho clave: si las emisiones per cápita de los países pobres fueran la norma universal, no habría un aumento del efecto invernadero natural. Los océanos y la nueva fotosíntesis bastarían para absorber las emisiones causadas por los seres humanos.
Lo que descubrieron es que la creciente concentración de dióxido de carbono en la atmósfera se debe a las emisiones “de lujo” de los ricos y no a las emisiones de “supervivencia” de los países pobres. 25 años más tarde, el acuerdo en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) de París de 2015 excluyó expresamente la noción de “deuda climática”; en caso contrario, los Gobiernos de los países ricos no habrían firmado el acuerdo. Ellos rechazan la existencia de ese pasivo ambiental.
A lo largo de los años, Narain ha desarrollado sistemas de gestión y apoyo financiero necesarios para el Centro, que cuenta con más de cien miembros, y un perfil de programa dinámico. A principios de los 90, se involucró con temas ambientales globales; y, continúa trabajando en estos temas como investigadora y defensora.
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