En México, al igual que en otros países del mundo, el running ha tomado un lugar importante en la vida de muchas mujeres. Sus historias, con logros y retos, inspiran todos los días a otras a tomar las calles y hacer del correr una parte esencial de sus vidas. Aquí presentamos los perfiles de cuatro corredoras mexicanas destacadas, las cuales nos comparten como llegaron a este deporte, algunas de sus experiencias y desafíos, así como consejos para todas aquellas que deseen seguir sus pasos.
Araiz Arriola
¿Cuándo y cómo comenzaste a interesarte en el running y qué te motivó a continuar?
Desde niña siempre practiqué deportes, pero el único que me enganchó fue correr. Comencé en la prepa buscando perder peso y me quedé por la sensación de logro y la forma en que sanó mi relación con mi cuerpo.
¿Cuál ha sido tu mayor logro en correr hasta ahora y qué significó para ti?
He quedado entre las mejores mexicanas en maratones internacionales y he ganado algunas competencias, la más reciente, Wings for Life, pero mi mayor logro fue ser capaz de volver a correr después de dos eventos fuertes en mi vida: un cáncer y un accidente en el que me atropellaron. Ambas ocasiones costaron mucho trabajo y me mostraron que puedo ser resiliente siempre que me mantenga amable conmigo.
¿Qué retos específicos has enfrentado como mujer corredora en la Ciudad de México y cómo los has superado?
La ciudad es muy amable conmigo, será porque corro rápido o muy temprano, pero me siento segura y dueña de las calles y no he tenido mayor problema corriendo por cualquier barrio. Pero sí con la comunidad corredora, parece que a varios hombres les incomoda que una mujer corra veloz, hable con autoridad del tema y viva bien de esto. El acoso digital ha sido mi mayor reto y lo he manejado cuidando mi salud mental, siendo clara y firme para denunciarlo públicamente y no permitiendo que me impida seguir trabajando.
¿Cómo compaginas tus entrenamientos y competencias con otras responsabilidades en tu vida diaria?
Correr es mi trabajo desde hace unos siete años, cuando dejé mi trabajo como periodista oficinista y me volví creadora de contenido y entrenadora de tiempo completo. Ahora administro mis tiempos de forma relativamente cómoda entre entrenamientos con el equipo, eventos, viajes, generación de contenido y estar con mis personas y gatos.
¿Cómo crees que tu participación en el deporte ha contribuido a romper moldes de género y qué impacto crees que tiene en la sociedad?
En 2009 comencé el primer blog de running en México, luego comencé a trabajar con marcas y desde entonces he vivido de esto. Creo que la forma en que me he desarrollado ha mostrado a otras mujeres corredoras, creadoras de contenido o entrenadoras, que es completamente posible tener una fuente de ingresos digna a partir de correr aunque no seamos atletas profesionales, que somos voces importantes y necesarias en este mundo y que no solo podemos compartir fotos lindas, también tener opiniones y visibilizar a través del correr y de nuestras historias personales, las violencias y desigualdades que atraviesan a las mujeres en este país.
Consejo para las nuevas corredoras: Que no sientan miedo ni vergüenza de ocupar espacios que nos corresponden en este deporte, sin importar sus tiempos o su nivel de experiencia. Que se atrevan a compartir sus historias y ponerse metas imponentes y emocionantes y decirlas en voz alta, pues son capaces y fuertes y que no escuchen a las voces que intenten disuadirlas de perseguir lo que les encienda el alma.
Mariángela Guzmán
¿Cuándo y cómo comenzaste a interesarte en el running y qué te motivó a continuar?
Desde niña he sido fanática del fútbol y en 2016 se organizó una carrera llamada “La Carrera de la Liga”. La temática de este evento era súper futbolera ya que la idea era correr con la playera de tu equipo y tanto la salida como la meta eran en el Estadio Azul. Me inscribí (aterrada) y fue así que corrí mis primeros 8 kilómetros. En menos de un mes ya estaba inscrita en una carrera de 10k, después una de 15k y en cuatro meses ya estaba corriendo mi primer medio maratón.
¿Cuál ha sido tu mayor logro en correr hasta ahora y qué significó para ti?
Mi mayor logro en mi faceta como corredora no ha sido deportivo. Este deporte me obligó a ver hacia dentro y confrontar mis miedos más arraigados. Correr me ha permitido cruzar límites físicos y emocionales que nunca creí que me atrevería.
¿Qué retos específicos has enfrentado como mujer corredora en la Ciudad de México y cómo los has superado?
Mi percepción y relación con la CDMX se ha transformado por completo desde que la comencé a correr. Siento que la conozco mucho mejor y se ha convertido en mi cómplice. No es fácil correr esta ciudad, es un reto diario en el que brotan muchas inseguridades. Pero justamente practicar el deporte en esta ciudad me ha desarrollado un sentido de consciencia y viveza que se han convertido en herramientas para enfrentar la voracidad de la Ciudad de México.
¿Cómo compaginas tus entrenamientos y competencias con otras responsabilidades en tu vida diaria?
Una no puede vivir sin la otra; correr es mi oxígeno, mi trabajo es la hoja en blanco y mi familia es toda mi inspiración/motivación. Todas están correlacionadas y todas necesitan de mi tiempo y compromiso. Mientras menos te sientas obligada a hacer algo, encuentras más formas de compaginar lo que amas.
¿Cómo crees que tu participación en el deporte ha contribuido a romper moldes de género y qué impacto crees que tiene en la sociedad?
Uno de los mayores símbolos que tiene correr para mí es la representación. Después de haber experimentado en carne propia cómo este deporte había cambiado mi vida, me interesó profundamente que más mujeres salieran a correr. Más mujeres corriendo significa más mujeres sanas a nivel físico y mental, más mujeres fuertes, más mujeres honrando a su cuerpo, más mujeres demostrando que no hay deporte que no podamos practicar.
Consejo para las nuevas corredoras: Que el motivo no sea correr más rápido, sino correr más lejos.
Claudia Zaragoza
¿Cuándo y cómo comenzaste a interesarte en el running y qué te motivó a continuar?
Empecé el 2012, una amiga me invitó a correr y a rodar al autódromo y desde ahí me piqué y me gustó mucho. Unos años después hice mi maestría en fisiología del ejercicio y me certifiqué como coach de triatlón y ahora a eso me dedico.
¿Cuál ha sido tu mayor logro en correr hasta ahora y qué significó para ti?
Haber clasificado a los mundiales de triatlón y a los mundiales del medio Ironman. El estar rankeada en el top 5 de mi categoría por edad a nivel nacional y 30 a nivel mundial fue un logro que me dio mucha satisfacción. Por unos buenos ocho años competí a nivel amateur-competitivo y me dio empuje, vitalidad y ganas de seguir progresando y mejorando en mi deporte. Es una de las relaciones más bonitas que he tenido en esta vida.
¿Qué retos específicos has enfrentado como mujer corredora en la Ciudad de México y cómo los has superado?
Miedo a correr muy temprano cuando aún está oscuro. Miedo a correr sola. Miedo a ser invadida de manera física. No me ha tocado aún, toco madera, pero a la mayoría de mis amigas y atletas sí han sido violentadas de alguna manera. No es un tema por superar porque ese miedo no se va, el riesgo de ser violentada verbal o físicamente siempre se va a correr al menos que estés corriendo con un grupo grande de amigas, el no correr sola y que el colectivo tenga más consciencia y respeto. Con esto se sigue lidiando.
¿Cómo compaginas tus entrenamientos y competencias con otras responsabilidades en tu vida diaria?
Me he vuelto una fiel seguidora de mi agenda y me gusta anotar todas mis citas, quehaceres, pendientes y entrenos. Es clave agendar el entrenamiento y que ese espacio no sea negociable porque es muy fácil distraerte y no poner como prioridad tu entreno.
¿Cómo crees que tu participación en el deporte ha contribuido a romper moldes de género y qué impacto crees que tiene en la sociedad?
Creo que ha tenido un impacto positivo en mi comunidad, ya que impulsar a más mujeres atletas a conocerse, desarrollarse, retarse y entenderse a través de este deporte les ha permitido sentirse merecedoras de este espacio. Esto ha fortalecido su autoconfianza y ha solidificado su autoestima. Correr te abre un mundo de posibilidades.
Consejo para las nuevas corredoras: El tiempo es abundante, no se apresuren a ser rápidas, eso se dará a través de la constancia y el tiempo. Es importante disfrutar del progreso de manera suave y sin prisas. No es una competencia con el otro, el correr es una herramienta de autoconocimiento, de libertad y de conexión. Es imprescindible honrar nuestros límites y así trabajar para trascenderlos.
Alin Osuna
¿Cuándo y cómo comenzaste a interesarte en el running y qué te motivó a continuar?
Empecé a correr cuando tenía como 15 años, quería hacer ejercicio, pero no quería pagar un gimnasio, así que empecé a correr con una amiga. No teníamos idea de nada, corría con los tenis de la escuela y, por supuesto, no sabía cómo había que hacer las cosas, ni ritmos de carrera, ni tipos de entrenamiento o la básica progresión con la que uno debe empezar a correr.
Luego, mientras iba en prepa, mi amiga se cambió de escuela y ya no tenía con quién salir a correr y me daba un poco de miedo (y pena) salir yo sola, así que ahí hice una pausa y lo retomé cuando entré a estudiar la carrera sin volverlo a soltar, hace 25 años.
Lo que me ha mantenido motivada a lo largo de tantos años es lo que el running me da cada día, cómo me cambia la manera de ver las cosas, cómo soy otra antes y después de correr. Creo que es muy normal que alguien se enganche con la corrida primero por cuestiones meramente físicas, ver cómo cada día corres mejor, más rápido, más lejos, o ver cambios físicos que naturalmente llegan con los kilómetros, sin embargo, luego de algunos años, creo que quienes corremos lo seguimos haciendo además por lo que nos hace sentir, porque se vuelve parte de nuestra identidad.
¿Cuál ha sido tu mayor logro en correr hasta ahora y qué significó para ti?
Creo que uno va clasificando diferente sus logros, tal vez al principio los logros suelen ser récords personales. Eso es totalmente válido y súper motivador, cada medalla representa esfuerzo y horas de entrenamiento dedicado. Sin embargo, yo creo que ahora, mucho más allá de algún logro numérico, creo que algo muy simple: que siempre he hecho lo que he querido, nadie me ha impuesto nada y todas aquellas cosas que me he propuesto, han prosperado. Hace muchos años decidí dejar mi carrera de abogada y volverme a formar desde cero en otra profesión para poderme dedicar al deporte al 100 por ciento y así lo hice, luego decidí formar comunidades en donde la gente pudiera disfrutar igual que yo de la corrida y así lo hice, luego busqué realizar eventos totalmente diferentes que le pudieran dar al corredor cosas que las carreras tradicionales no pudieran y lo hice. Todo desde mi corazón y todo con éxito. Creo que esos son los logros más grandes que he tenido, poder hacer lo que he querido en un mundo donde generalmente hacemos lo que manda el protocolo.
¿Qué retos específicos has enfrentado como mujer corredora y cómo los has superado?
Como mujer que trabaja y que es madre (otro trabajo), tengo un gran reto: mis horarios de entrenamiento tienen que ser en horas en donde la mayoría de la gente aún duerme; levantarme no es el problema, sino que me da mucho miedo (sobre todo en invierno, cuando amanece más tarde) salir a hacer mi entrenamiento e ir pensando que algo me puede pasar, correr con un gas listo para rociar en una mano y las llaves entre los dedos en la otra. Solo tengo dos opciones: hacerlo o claudicar y, pues, lo segundo nunca estaría dentro de mis elecciones.
Hace algunos años fui atacada por un hombre mientras corría y en el estudio psicológico dentro del juicio, me preguntaron si ya no volvería a correr. Yo les contesté que “por supuesto que sí, que nadie me iba a quitar eso”, así que, por esa respuesta, se determinó en el juicio que yo “no estaba afectada”. Me quedó claro que, en este país, mostrarse fuerte, valiente o resiliente, es básicamente borrar toda responsabilidad a la delincuencia, hacer de cuenta que no existe la violencia y desestimar los delitos contra las mujeres.
No me quedó más que respirar y buscar la manera de crear una comunidad en donde podamos disfrutar de correr seguros en las calles, porque claramente no soy la única mujer que se enfrenta a esta dificultad, así que, si lo arreglaba para mí, se arreglaría para otras personas también (hombres y mujeres). Con ese pensamiento como motor, tanto en las corridas semanales, como en las carreras que organizo, mi prioridad es ofrecer una solución a este reto que todos enfrentamos: la seguridad.
¿Cómo compaginas tus entrenamientos y competencias con otras responsabilidades en tu vida diaria?
Además de ser corredora, soy entrenadora, así que los tenis no me los quito en todo el día. Sin embargo, conforme mi vida profesional se ha desarrollado, he tenido que restarle un poco de tiempo al running, o, mejor dicho, he tenido que buscar momentos en donde el deporte siga permeándolo todo, pero enfocándome en mí, así que, como lo comentaba anteriormente, mis horarios de entrenamiento son a las 5 am, cuando no estoy trabajando y mi hija está dormida aún. A veces da flojera, pero ¡es ese momento o ya no es!
¿Cómo crees que tu participación en el deporte ha contribuido a romper moldes de género y qué impacto crees que tiene en la sociedad?
Hace años, cuando decidí crear espacios para correr, los primeros que atendieron a mi llamado fueron hombres. Pasé años corriendo con un grupo en donde yo era la única mujer, no me pareció raro porque sé que a las mujeres (desafortunadamente) nos cuesta más pararnos a correr en un lugar donde no conocemos a nadie, nos da pena, inseguridad, el típico: “ay no, es que yo corro bien lento” o “yo ni corro, solo troto”, así que desde el día uno decidí que mi labor iba a consistir en crear un espacio que invitara, que acogiera, que de verdad validara todos los ritmos, las edades, los gustos y básicamente todas las variables del ser humano, en fin, que todo el mundo se sintiera bienvenido.
Tomó tiempo, pero con el paso de los años el número de mujeres en la comunidad ha crecido exponencialmente, de hecho, son los mismos hombres quienes han contribuido invitando a sus amigas, conocidas y familiares corredoras. Ha sido la constancia y no quitar el dedo del renglón lo que ha hecho que la invitación surta efectos y ahora tengamos cada vez más mujeres en las calles entrenando y compitiendo en las carreras.
Consejo para las nuevas corredoras: El primer consejo es que no se comparen. Las comparaciones son odiosas en cualquier sentido. Una vivirá en constante decepción si se enfoca en ver por qué no es tan buena como la de al lado, ya saben, el jardín del vecino siempre es más verde, pero basta con no voltear a verlo y regar el nuestro y ¡voilá! se pone muy bonito.
Y el otro consejo es que sean pacientes. Correr implica muchas adaptaciones para el cuerpo y también para la mente, pero estos cambios llevan tiempo, se hacen sin prisa, pero sin pausa, con constancia, simplemente trabajando cada día haciendo lo que se debe. Haz tu trabajo sin pretextos, no esperes una motivación extrínseca porque eso se acaba. Trabaja por ti y para ti.
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