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¿Llegamos todas? Solo 3% de las empresas mexicanas listadas en bolsa son dirigidas por mujeres

POR: Israel Zamarrón

La llegada de Claudia Sheinbaum Pardo -una científica ambientalista de izquierda- a la Presidencia de México interna al país en una etapa del todo nueva: por primera vez en la historia la nación es dirigida por una mujer y esto a su vez ha abierto el camino para que más mujeres ocupen cargos de la más alta decisión: ministras, gobernadoras, diputadas, senadoras, alcaldesas.

Por ejemplo, al final de este año, 13 de los 32 estados serán dirigidos por mujeres, cuando hace apenas 70 años las mujeres pudieron ejercer por primera vez su derecho a votar y ser votadas, y cuando hace apenas 45 años el país tuvo a la primera mujer que gobernó un estado: Griselda Álvarez, en Colima. Nunca antes tantas mujeres habían dirigido la política del país.

Sin embargo, no parece estar ocurriendo lo mismo en la iniciativa privada. Recientemente el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y la organización Kiik Consultores, analizaron las estructuras de 200 empresas listadas en las dos bolsas de valores de México, y encontraron que solo en 3% de las compañías una mujer ocupa la dirección general.

Las cifras no son mejores en otras posiciones:

  • 13% de las sillas de los consejos de administración son ocupadas por mujeres.
  • 7% de las empresas tiene al menos 30% de mujeres en sus consejos de administración.
  • 9 empresas tienen una mujer que preside su consejo.
  • 24% de los consejos son compuestos exclusivamente por hombres.
  • 23% de las direcciones jurídicas y 11% de las financieras son ocupadas por mujeres.
  • 1% se redujo la presencia de mujeres en las direcciones generales.
  • 2% se redujo la presencia de mujeres en las direcciones jurídicas.
  • 1 empresa de 209 analizas tiene a mujeres en las tres direcciones relevantes.
  • 73% de las empresas no cuenta con mujeres en ninguna de las tres direcciones relevantes.
  • El estudio reveló que el sector con mayor representación de mujeres en los consejos es el de salud (24%), mientras que los sectores de servicios públicos (9%) y telecomunicaciones (11%) tienen la participación más baja. En cuanto a las direcciones relevantes, mientras que en los sectores de energía y telecomunicaciones no se registra la participación de mujeres, en los sectores de salud y servicios públicos la participación alcanza 30% y 25%, respectivamente.Los datos exhiben que, hasta ahora, la iniciativa privada en México se ha quedado corta en romper las diferentes brechas de género que lastran una mayor presencia de mujeres en los puestos directivos de alta relevancia. Las tres políticas de inclusión que reportan las empresas con mayor frecuencia son: políticas de diversidad en los equipos de trabajo (68%), protocolos contra la violencia y el acoso (55%), y capacitación continua o programas de liderazgo (50%).La investigación del IMCO apunta que la fotografía que se ve en México es la misma a nivel global, donde la participación de mujeres en consejos de administración aumentó en promedio de 10% en 2003 a 27% en 2022, según datos la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Se ha avanzado, pero todavía ningún país ha logrado alcanzar la paridad de género en los consejos. Los más cercanos son Nueva Zelanda (46%), Francia (45%) o Islandia (45%).

  • En el caso de Estados Unidos, la presencia de mujeres en este nivel jerárquico aumentó de 8% a 22% entre 2005 y 2023, sin embargo, el ritmo de crecimiento se desaceleró en los últimos años. Incluso, “se registró la primera caída en la representación de mujeres en las últimas dos décadas, específicamente en los puestos de alta dirección (conocidos como C-Suite en inglés)”, de 12.2% a 11.8% en el último año.El informe destaca que “a pesar de que las mujeres representan 43% de la plantilla laboral, 23% alcanza una dirección jurídica, 11% una dirección financiera y 3% ocupa una dirección general”. En comparación con 2023, el porcentaje de mujeres que ocupa una dirección general cayó un punto porcentual y dos puntos porcentuales para las direcciones jurídicas, mientras que las direcciones financieras se mantuvieron sin cambios.

    “Este retroceso puede aplazar el tiempo que tardarán las empresas en México en lograr una mayor representación de mujeres en puestos de alta dirección (…) México está lejos de alcanzar la paridad en los puestos de alta dirección o en los consejos de administración. Si bien hacerlo promovería beneficios económicos para las empresas, las políticas de inclusión que reportan las empresas no han sido suficientes para cerrar las brechas de género en todos los niveles jerárquicos”, resalta el IMCO.

  • ¿Qué hacer?La investigación concluye con una serie de recomendaciones que podrían seguir las empresas para acortar la brecha de género que, como se ve, todavía es profunda en el sector privado mexicano. Propone, por ejemplo, “mejorar el reporte de información relevante en los informes corporativos, financieros y de sustentabilidad para avanzar hacia una mayor transparencia (…) de tal manera que se puedan concentrar los esfuerzos por generar más y mejor información con perspectiva de género para las empresas, en la que haya una rendición de cuentas, situación que hoy no existe”.

    “Modificar los procesos y generar indicadores de evaluación por sexo al interior de las empresas. Actualmente, ciertas características tradicionalmente asociadas al liderazgo masculino, como la asertividad o la competitividad, tienden a ser desvalorizadas cuando son expresadas por mujeres. Estos estereotipos de género limitan el crecimiento de las mujeres en roles de liderazgo. Por lo que es pertinente revisar los criterios de selección de personal con el objetivo de reducir sesgos de género, y establecer indicadores claros para monitorear los avances en la promoción de mujeres en todos los niveles jerárquicos de la empresa”.

    También plantean “promover la institucionalización de los consejos de administración para abrir más espacios para mujeres. Para lograr paridad en la gobernanza corporativa, alineada con las mejores prácticas internacionales, es necesario establecer y transparentar lineamientos claros en la elección de los miembros del consejo. Además de fomentar una rotación periódica con el objetivo de aumentar la diversidad y promover la evaluación de resultados, ya que, en México, seis de cada diez consejos no evalúan sistemáticamente a sus miembros”.

    Finalmente recomiendan “invertir en políticas de inclusión de mujeres. Más allá del compromiso público de las empresas con la igualdad de género, es necesario incorporar acciones para lograrlo, como la capacitación en Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), dentro del presupuesto anual para garantizar su implementación. Para crear empresas más inclusivas y sumar a más mujeres se requiere capacitar, sensibilizar y responsabilizar a los líderes de las organizaciones sobre los avances en materia de género. Es necesario que sea un tema estratégico para la alta dirección y que se cuente con el compromiso de hombres y mujeres por igual para realmente transformar la cultura de la empresa”.

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