En una capital en constante movimiento como Santiago, encontrar momentos de calma para leer puede ser un desafío. En este contexto, Silent Book Club Santiago surge como una iniciativa que ofrece a lectores y lectoras un espacio para sumergirse en sus libros favoritos en compañía de otros, pero sin la presión de interactuar o debatir sobre una lectura específica.
El Silent Book Club es una red internacional que se encuentra en 1.500 ciudades del mundo. En Chile, esta experiencia fue impulsada por Shraddha Ramesh, quien descubrió la iniciativa y decidió traerla a Santiago al notar que no existía en el país.
“Vi un anuncio en Instagram y pensé: ‘Yo iría a algo así’. Busqué en el mapa y no había nada en Santiago, así que decidí crearlo yo misma”, comenta Ramesh sobre la motivación que la llevó a fundar el club, en conversación con WT. Su amor por la lectura y la idea de compartir este hábito con otras personas la impulsaron a crear un espacio que, desde su lanzamiento, ha crecido de manera orgánica, atrayendo a más lectores cada mes.
A diferencia de otros clubes de lectura, el Silent Book Club no impone una lectura específica. Cada participante lleva su propio libro, ya sea en formato físico, digital o audiolibro, y asiste a distintos cafés y librerías de Santiago para leer en silencio.
“Es una experiencia de comunidad en torno a un hábito que suele ser solitario. Leer en silencio junto a otras personas es casi una forma de meditación compartida. Nos sumergimos en nuestras historias, pero lo hacemos juntos”, explica Ramesh.
El formato flexible y libre del club ha permitido que más personas se sumen sin la presión de seguir un ritmo de lectura o participar activamente en conversaciones. Quienes asisten valoran la posibilidad de dedicar un tiempo exclusivo a la lectura y, al mismo tiempo, conocer a otros amantes de los libros en un ambiente relajado.
Esta modalidad de club ha sido bien recepcionada por los lectores que acuden. Gabriela Cruz, quien ha asistido a diferentes sesiones, destaca el respeto y la atmósfera de inmersión que se genera durante las reuniones: “Cuando llega el momento de empezar a leer, se crea una burbuja lectora. El silencio nos envuelve y, al terminar, nos encanta compartir qué estamos leyendo y descubrir nuevos títulos”. La participante añade cómo esta experiencia de lectura la ha beneficiado en lo personal. “Me ayuda a concentrarme, soy de las que se distrae con facilidad, pero levantar la cabeza, sentir el silencio y ver a todos con la cabeza dentro su libro me hace volver”.
Por su parte, Adriana Cruz, hermana de Gabriela, con quien ha asistido al club, enfatiza lo significativo que ha sido para ella encontrar un espacio que le permite reconectar con la lectura de una manera similar a cuando era niña: “Se siente como cuando me sumergía en una historia sin distracciones”. Por otra parte, señala: “es una oportunidad maravillosa para personas introvertidas o con ansiedad social, ya que permite conectar con otros a partir del amor compartido por la lectura, sin presiones”.
Las reuniones del Silent Book Club Santiago se realizan en diferentes cafés, librerías y parques de la ciudad, siempre buscando lugares cómodos y tranquilos que favorezcan la concentración. “Elegimos espacios que sean accesibles, céntricos y acogedores, donde los asistentes se sientan a gusto para leer sin interrupciones”, explica Shraddha.
Silent Book Club Santiago se ha convertido en un espacio de encuentro para quienes buscan disfrutar de la lectura en comunidad sin la necesidad de socializar activamente. Con una asistencia diversa, que va desde jóvenes adultos hasta personas mayores, el club demuestra que el amor por los libros no tiene edad ni formato. Para más información sobre próximos encuentros, se puede visitar su cuenta de Instagram: @silentbookclubscl.