Blanca Cervantes (48) es Country Manager de Nicoll by Aliaxis, primera empresa del sector de construcción del Uruguay en unirse a la iniciativa #NoSinMujeres de la ONU. Desde agosto de 2022 la compañía hace parte de Pacto Global y empezó a realizar acciones internas para promover la equidad de género. Cervantes acercó la experiencia de estas acciones en una charla con Woman Times.
Tenés una función importante de liderazgo en Nicoll, ¿cómo fue tu trayectoria dentro de la empresa?
Soy mexicana, arranqué trabajando en México como vendedora y después gerente. Llevo 25 años trabajando para el grupo Aliaxis, que tiene presencia mundial, pero dos trabajando para Nicoll. Fui cambiando de posiciones hasta que hace tres años, el grupo decidió desinvertir en México y cerrar la compañía allá. Yo era gerente comercial para el segmento de edificación y fue entonces cuando me ofrecieron venir a ser Country Manager para Uruguay y empecé con Nicoll.
¿Cuántas mujeres trabajan hoy en la empresa y cuándo fue que el grupo empezó con iniciativas para buscar la equidad?
Somos en este momento 26 mujeres trabajando, de una planilla de 110. Lo que es interesantísimo es que en el equipo gerencial hay cuatro mujeres, de un total de seis personas. Entonces esto es algo bastante relevante a nivel Latam para el grupo. De hecho es una de las mejores tasas a nivel global para Aliaxis.
Empezamos este camino de aprender y actuar por la inclusión y la equidad hace un par de años, primero sensibilizándonos y concientizándonos, porque al fin de cuentas la mayoría de los seres humanos tenemos sesgos. El respaldo del grupo ha sido importante, porque nos ha dado mucha inducción, instrucción y educación a través de talleres de sensibilización. Al hacernos conscientes, hemos ido dando pasitos para poder lograr esto. En Uruguay lo primero que hicimos fue buscar con quién aprender localmente, ahí fue cuando llegamos a Pacto Global y adherimos al acuerdo. A partir de eso tuvimos acceso a otras empresas que ya estaban moviendo acciones interesantes en ese sentido y eso nos abrió caminos y nos dio líneas de acción.
¿Cuáles fueron las primeras propuestas y acciones?
Creamos nuestro propio consejo de inclusión y diversidad para que las iniciativas fueran significativas para nuestras personas, tanto para los hombres como para las mujeres. Y me parece que ese es un aspecto importante. Hemos visto que las iniciativas de inclusión se abren solo para las mujeres y en realidad todos tenemos que educarnos. Esa fue de las primeras cosas significativas para todo el personal de Nicoll. En temas de reclutamiento, por ejemplo, tratamos de hacer más inclusivos nuestros anuncios, asegurándonos de siempre considerar mujeres y darles instrucción en temas de empoderamiento y a los hombres en los temas de la nueva masculinidad y de los sesgos de lo que implica abandonar. Recientemente hicimos una encuesta específica de diversidad para poder entender qué es lo que piensa en el fondo la gente que contratamos, y a partir de los resultados poder actuar línea por línea todos los aspectos de diversidad que se pueden mejorar en la compañía.
También tenemos un programa de mentoría que en este año participaron alrededor de 10 mujeres. Lo hicimos para identificar personas con potencial en la compañía y en qué aspecto necesitaban aprender. Fue un éxito, tanto para mentores como para las que recibimos la mentoría, creo que nos hizo aprender mucho y el grupo se entusiasmó. Por eso estamos por lanzar la segunda generación el mes que viene.
También realizaron una acción llamada Charla de vestidor, ¿en qué consiste?
Eso fue muy lindo. El año pasado en el Día de la Mujer hicimos un taller dirigido a las mujeres hablando de temas de empoderamiento y venía el día del hombre en noviembre, entonces dijimos, ‘bueno, equidad es equidad, no’? Entonces lo que hicimos para las mujeres hay que hacerlo para los hombres. Y la Charla de Vestidor fue eso, una charla en el día del hombre en donde hablaron sobre todo de las nuevas masculinidades, a cómo ser conscientes de los sesgos, entender que el mundo de hoy no es el mundo en el que crecimos y en el que nos educaron, entender que estamos en un mundo más diverso, más inclusivo y preguntarnos qué es lo que yo tengo que hacer y qué sesgos puedo empezar a cambiar desde mi lenguaje, desde mi comportamiento, en mi casa y obviamente en mi trabajo.
¿Qué cambios ya se observan con estas acciones?
Primero que en la compañía este mensaje de inclusión e igualdad quedó instalado, ya no se ve como algo vertical, sino se vuelve como un trabajo de células y eso lo valida, porque las personas lo van abrazando. De cualquier manera, haciendo lo que hemos hecho no es suficiente para poder cantar victoria. Esto va a ser un trabajo de años para llegar a ese lugar soñado donde queremos llegar — que será el momento en dónde podremos dejar de hablar de diversidad porque ya será una realidad —, pero visibilizar las cosas, empezar a ponerlas sobre la mesa y dar la información, es el primer paso y lo hicimos. Cuando nosotros nos comparamos con las empresas líderes aquí en Uruguay en temas de inclusión es claro que hace falta muchísimo por hacer, pero nos alienta saber que vamos en el camino correcto. A mí me hace sentir súper orgullosa porque estamos en la industria de la construcción que es muy masculina, nuestros clientes en su mayoría son ferreterías, que también es un ambiente masculino. Nuestros principales stakeholders son los sanitarios, que también son un grupo mayormente masculino, entonces francamente a mí me da mucha esperanza.
¿Qué dirías para las compañías que también quieren incursionar por este camino de reconocer las desigualdades y promover un cambio empezando por sí mismas?
Quizás decir para los que hoy saben que quieren ser más incluyentes, pero no han empezado y creen no tener los recursos o el tiempo, o no saber cómo hacerlo, yo lo que les diría es que no hace falta tenerlo todo. Me parece que lo importante es empezar y una vez que empiezas te metes en esta dinámica y la información que va llegando tiene una aplicación para la empresa. En Nicoll no teníamos nada hecho, todo lo hemos ido construyendo, abriendo los ojos tratando de aprender de los que sí lo han hecho mejor y la verdad es que el resultado es súper motivador, te da la energía para poder continuar. Entonces para los que tengan esta inquietud yo les diría que empiecen y en lo que la experiencia de Nicoll pueda servir aquí estaremos para multiplicar el esfuerzo, que siempre trae la recompensa de marcar una diferencia, de dejar un mundo mejor. Yo tengo una hija de 12 años y la verdad lo que sueño es que la empresa en la que ella entre a trabajar en unos 12 o 15 años sea mucho mejor, más consciente y más inclusiva que las empresas que somos hoy, entonces cualquier cosa que esté en mis manos para poder lograrlo, lo haré.
Sé el primero en comentar