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Advierten sobre la relación entre la falta de sueño y la obesidad

Uno de los principales problemas que afecta hoy a la población mundial, en especial a las mujeres, es la dificultad para conciliar el sueño, lo que ha sido calificado por los especialistas como “el caldo de cultivo” de varias enfermedades que acortan el ciclo de vida. Distintos estudios científicos sugieren que aquellos que duermen menos de seis horas al día tienen un 30% más de probabilidades de sufrir obesidad.

Recientemente, científicos de la prestigiosa Clínica Mayo de Estados Unidos publicaron un estudio que establece las consecuencias que la falta de sueño o de calidad del mismo puede traer a la salud de las personas. Según la investigación, cuando dormimos poco y no podemos conseguir esas horas en que el cerebro activa sus ciclos de reparación, inmediatamente nuestro organismo se ve afectado. ¿Por qué?, el ritmo metabólico disminuye un 8% cuando dormimos entre 5 y 6 horas, lo que repercute directamente en nuestro peso corporal. De acuerdo a los datos recabados, la privación de sueño puede hacer que se aumenten entre 4 y 5 kilos al año.

Al disminuir el ritmo del metabolismo, nuestro cuerpo tiende a gastar menos y a ahorrar. En ese proceso es cuando la grasa comienza a acumularse, provocando que el cerebro comience a elegir alimentos mucho más calóricos, ricos en grasa y en azúcar. Mientras más afectado el ciclo del sueño, las ganas de consumir los productos más nocivos aumentan irremediablemente. En resumen, se altera todo el mecanismo encargado de regular el hambre y la saciedad. 

En el pasado, los especialistas en conductas alimentarias ya habían determinado que las personas que vieron alterado su ciclo de descanso nocturno en apenas dos semanas, podrían llegar a presentar, en el peor de los casos, un incremento de la grasa visceral de hasta el 11 por ciento. “Normalmente, la grasa se deposita preferentemente por vía subcutánea o debajo de la piel. Pero los estudios confirman que el sueño inadecuado o ineficaz redirige la grasa al compartimiento visceral más peligroso”, explicó, Virend Somers, de la Clínica Mayo, quien es considerado una eminencia en el estudio de los problemas de peso y su impacto en el corazón.

La grasa visceral sólo representa alrededor del 10% de la grasa corporal total en la mayoría de las personas, pero cuando se acumula en niveles excesivos, puede provocar resultados adversos para la salud. Esto, porque produce grandes cantidades de sustancias químicas que se relacionan con enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, insuficiencia hepática, cáncer y asma, entre otros. 

En este escenario, los científicos recomiendan seguir lo que se ha denominado como la “higiene del sueño” que son una serie recomendaciones que van desde pautas alimentarias hasta consejos y rutinas de gran ayuda. Por ejemplo, mucha gente que se queda mirando televisión y el computador o revisando el celular hasta altas horas de la noche. En esos casos, las recomendaciones es evitar el uso excesivo de cualquier tipo de pantalla y utilizar alarmas para ir a dormir, lo que a la larga ayudará al cerebro y cuerpo a programarse para iniciar el descanso. 

Los investigadores de la Clínica Mayo coinciden con una serie de investigaciones previas que alertaron que pasadas las 18.00 horas no deben ingerirse bebidas estimulantes, como café, mate, té o refrescos cola que impacten el reloj biológico. En contraposición, el uso de frutos secos, como almendras o nueces, ricos en melatonina, pueden favorecer un buen descanso nocturno. 

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