A pocas horas de inaugurar su 78ª edición, el Festival de Cannes ha anunciado una actualización en su tradicional código de vestuario, generando repercusiones inmediatas en la industria cinematográfica y de la moda. La organización ha comunicado que no se permitirá la desnudez total ni los vestidos extremadamente transparentes —conocidos como naked dresses— sobre su alfombra roja.
“El objetivo no es regular la vestimenta en sí, sino prohibir la desnudez total en la alfombra roja, de acuerdo con el marco institucional del evento y la legislación francesa”, señaló el comunicado oficial. Con esta medida, el festival busca reafirmar su identidad como espacio de sofisticación, tradición y proyección cultural, en un contexto donde las alfombras rojas internacionales han acogido propuestas estilísticas cada vez más audaces y exuberantes.
Además, se excluyen de esta edición los vestidos de gran volumen con colas excesivas, no por razones de decoro, sino por logística: estas prendas dificultan la circulación en la icónica escalinata de La Croisette y el acceso al interior del Palais des Festivals.
La medida, que apunta a preservar una noción clásica de elegancia, reabre el debate sobre la libertad estética y los límites en la representación de los cuerpos femeninos.
Un código que ha dado qué hablar
El código de vestimenta de Cannes no es ajeno a la controversia. En 2015, el festival fue duramente criticado tras prohibir el ingreso de mujeres que no llevaban tacones, incluso en casos con problemas de movilidad. Actrices como Emily Blunt, Julia Roberts y Kristen Stewart desafiaron públicamente esa normativa en ediciones posteriores, generando una discusión global sobre los límites del protocolo y la expresión personal.
Hoy, la guía oficial sigue exigiendo esmoquin, corbata negra o pajarita para los hombres, y vestidos largos, de cóctel o trajes formales para las mujeres. Bolsos grandes, mochilas o carteras de mano también están restringidos.
Con esta nueva directriz, Cannes se convierte en el primer gran festival internacional en prohibir explícitamente la desnudez total en su alfombra roja. Aunque presentada como una norma general, la medida afecta principalmente a las mujeres, al restringir el uso de transparencias, cortes pronunciados u otros estilos considerados demasiado audaces. La decisión refuerza una idea más tradicional de elegancia y vuelve a poner en discusión los límites entre protocolo, libertad estética y regulación de los cuerpos en escenarios públicos.