El viaje de Fernanda Rivera empezó en bicicleta. Cursaba Política y Administración Pública en El Colegio de México cuando el poder de las dos ruedas la llevó a hacer activismo en la Ciudad de México a través del colectivo Camina Ciudad.
Tal fue su atracción por la movilidad ciclista que vendió su coche para moverse solo en bici. “Me di cuenta de que tenía más libertad para controlar mi tiempo y recorridos. Me ayudó a conquistar la ciudad en dos ruedas”, recuerda en conversación con Woman Times.
Era 2011 y la vida le regaló la oportunidad de combinar sus dos pasiones: el servicio público y la movilidad ciclista. El rumbo del viaje ya se había trazado: trabajar por ciudades más humanas y con perspectiva de género.
Ingresó a la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, desde donde entonces se gestaba Ecobici, el programa de bicicletas públicas de la capital mexicana que hoy es uno de los más grandes del mundo.
Empezó como supervisora y, una década después, condujo su expansión y modernización. “Me cambió la perspectiva de la ciudad, empecé a cuestionar el diseño de las ciudades y cómo podíamos tener más espacios para bicicletas”, cuenta.
Fernanda recuerda que, en esa primera experiencia en el servicio público, se encontró con muchas personas jóvenes involucradas en la política ciclista, muchas de ellas mujeres. “Era un perfil muy diferente al de la burocracia tradicional”.
La ventaja en ese momento, apunta la activista, es que la secretaria del Medio Ambiente era mujer. “La directora general (de Ecobici) era mujer. muchas líderes tomando decisiones, se normalizó que las mujeres hicieran políticas de movilidad”, comparte.
Fue así que, desde las dos ruedas, Fernanda Rivera se fue involucrando en construir ciudades más humanas y con perspectiva de género. En 2015 participó en un evento de ONU Mujeres en Nueva Delhi, India, para presentar las políticas de género y movilidad que se impulsaron desde la Ciudad de México. “Fue en ese momento que llegó el feminismo a mi vida. Las gafas feministas te permiten ver todo tu entorno con esa perspectiva en la que priorizas a las mujeres, además de que nosotras somos la mitad de la población”, remarca.
En 2018, bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum -quien será la primera presidenta de México-, Rivera Flores se sumó a la Secretaría de Movilidad, donde se hizo cargo de Ecobici, el programa ciclista que le abrió la puerta al servicio público años atrás. En esa Secretaría se encontró con que muchas mujeres ocupan puestos de directoras y subdirectoras, lo que les permitió hacer equipo y crear el Programa Estratégico de Género y Movilidad de la Ciudad de México.
Posteriormente se encargó de la Dirección General de Transporte, cargo que desempaña hoy y desde el que se encarga de negociar con los transportistas de la ciudad, un sector que ha sido tradicionalmente ocupado por hombres. “En mi equipo hay muchas mujeres que son las asesoras de los proyectos y me doy cuenta de que también estamos incidiendo en el cambio institucional. Ya los transportistas normalizan sentarse con mujeres jóvenes a tomar decisiones”, destaca.
A lo largo de su carrera Fernanda Rivera ha podido fundir en un mismo propósito sus dos pasiones: el servicio público y el binomio bicicleta-ciudades más humanas. Y lo ha hecho desde la perspectiva del feminismo.
“En muchos casos las mujeres vivimos las ciudades en condiciones de desigualdad, y tengo muy claro que tenemos que hacer políticas que reduzcan esas brechas, y muchas de las decisiones se toman desde la empatía”, apunta.
A lo largo de su carrera Rivera ha tenido la oportunidad de conocer otras regiones, lo que le permite tener una visión más global del diseño de las ciudades y las políticas de movilidad sustentable. Así fue como escuchó a la alcaldesa de Bogotá (Colombia), Claudia López, en un furo en Washington, Estados Unidos, donde la funcionaria colombiana dijo que planear ciudades para mujeres es planear ciudades para todas las personas.
“Genuinamente creo que tener estas gafas del feminismo para que atendamos los patrones de viaje de las mujeres permite que mejore el diseño y la movilidad de nuestras ciudades con beneficio para todas las personas”, expresa.
Fernanda Rivera cierra su charla con Woman Times invitando a más mujeres jóvenes a unirse al servicio público, donde ella recientemente cumplió 12 años de trayectoria. Y así expresa sus razones:
“El servicio público es muy gratificante, te da la oportunidad de incidir en el colectivo, de cambiar tu entorno, de ver los resultados en la calle. También es frustrante porque hay procesos que no son tan rápidos como quisiéramos, pero yo invito a todas las mujeres que sientan esa pasión por incidir en el colectivo a participar en el servicio público, es un espacio gratificante y van a ver su trabajo reflejado en las calles”.
Además, añade: “Hoy en día, muchas funcionarias y funcionarios tenemos un interés genuino en incidir. Nos importan los temas, contamos con formación técnica y profesional. Es crucial aprovechar este cambio en el servicio público para generar transformaciones significativas”.
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